La leyenda del Palacio de Ripalda


He estado esta última semana preparando y trabajando para un nuevo lavado de cara de REINODEVALENCIA.COM, en el que he añadido varias páginas en la cabecera con temas concretos, fotografias y wallpapers de la Ciudad de Valencia y Comunitat Valenciana. El resultado ya es visibre.

Entre los centenares de fotografias que he manejado hasta hoy, una decena me llamó la atención, en la Valencia antigua, un gran y bello palacete se alzaba majestuoso cerca de la Alameda de Valencia, pocas veces he visto algo tan bello, y no pidía creer que ese momumento formase parte de la historia de Valencia.

Aquí os cuento todo lo que he podido averiguar sobre tan fastuo palacio, admirado durante décadas, y que en algún momento de la Historia, alguien decidió derribarlo. Intentaré buscar una explicación lógica a tan ilógica decisión, aunque de momento lo hago sin conocimiento de causa.

HISTORIA DEL PALACIO DE RIPALDA EN VALENCIA

El arquitecto Joaquín María Arnau Miramón, a partir de 1889 inicia una intensa relación profesional con María Josefa Paulín de la Peña, Condesa de Ripalda, la cual le encargó la realización de importantes obras, entre las que destaca el proyecto de un palacio residencia para ella misma en el paseo de la Alameda de Valencia. En 1936 al trasladarse a Valencia el gobierno de la república, se utilizó el palacio como sede del Ministerio de Comercio. Este palacio ha sido uno de los iconos de la ciudad hasta que fue derribado en 1967. En la actualidad, sobre el solar que ocupaba el palacio se levanta un edificio conocido como La Pagoda junto a los Jardines de Monforte.

CARACTERÍSTICAS

El Palacio Ripalda era un edificio peculiar, concebido como un chateau frances, dentro de una perspectiva romántica sin precedente en Valencia. Su construcción se situa entre los años 1889 y 1891.

El Almanaque de LAS PROVINCIAS para el año 1968 dedicó su portada a la estampa, evocadora y romántica del palacete de Ripalda. En su interior, ninguna noticia, comentario, reportaje o aclaración sobre las razones de la elección de la imagen. Tácitamente, periódico y lectores se hacían el guiño, entre melancólico y resignado, de que la ciudad, en su progreso, había perdido un paisaje entrañable. A lo largo de los últimos meses de 1967, el viento del nuevo urbanismo valenciano se había llevado, sin que nadie lo evitara, el romántico caserón con traza de castillo. Y de paso, toda la Feria Muestrario que se levantaba a su lado.

Todo formaba parte de una operación urbanística de altos vuelos: el Ayuntamiento, dirigido por el alcalde Adolfo Rincón de Arellano, quería levantar en terrenos de Benimamet, las instalaciones de la nueva y moderna Feria de Muestras. Y para obtener recursos se había decidido derribar la Feria antigua, un edificio de los años treinta. Al hilo de esa operación, los propietarios del palacete de Ripalda instaron también el derribo del caserón con forma de castillo levantado en la segunda mitad del siglo XIX, que estaba abandonado y muy envejecido.

Todo se consumó en pocos meses; y con pocas palabras. Apenas hubo polémica y queja en la prensa. La nueva Feria era prioritaria. En el solar del Llano del Real, andando el tiempo, el empresario valenciano de hostelería José Meliá, pensó hacer un hotel de lujo, de diseño revolucionario, que tomaría modelo de otro, con forma de atrio, levantado en Florida. Pero finalmente no se llevó a cabo el proyecto. Dos modernos edificios -Jardines del Real y la Pagoda�terminaron por levantarse en el solar de la Feria y del palacete de la marquesa de Ripalda.

Leyenda urbana

Por aquellos años quedaron en el aire dos arraigadas leyendas. La primera dice que José Meliá no obtuvo bastante concurso financiero del empresariado valenciano para levantar su hotel. La segunda, mucho más arraigada, popular y extendida, indica que el palacio de Ripalda fue llevado, piedra a piedra, a otro lugar, en concreto de Estados Unidos, para ser reconstruido. Pero no hay nada de eso. Para empezar porque el palacete, de mampostería, no tenía sillares aunque pareciera por fuera un verdadero castillo medieval.

Para hablar del palacete en cuestión, estampa todavía adorable para la memoria de muchos valencianos, hay que referirse a don José Joaquín Agulló y Ramón Sánchez de Bellmont y Ripalda, conde de Ripalda, miembro de una familia de antiguo abolengo y propiedades en toda la provincia. La calle de Ripalda, el pasaje de Ripalda, marcan enclaves urbanos donde la familia tenía propiedades. Caballero ilustrado, don José Joaquín dedicó buena parte de su quehacer a las bellas artes: fue presidente de la Real Academia de San Carlos entre 1860 y 1868 y colaboró con la Real Sociedad Económica de Amigos del País, en una época de grandes innovaciones en el campo agrario. Senador y diputado conservador en varias legislaturas, el conde de Ripalda, además, fue un gran mecenas: en agosto de 1864, cuando se funda la Cruz Roja Internacional en Ginebra, él representó a España y fue primer presidente de la institución en nuestro país.

Pero cuando el conde muere, en 1879, es cuando cobra vida propia la figura de una mujer fuerte y emprendedora, la condesa viuda de Ripalda, que hasta entonces había estado eclipsada por el esposo. Es doña María Josefa Paulin, valenciana, perteneciente a una familia de origen francés, que se puso al frente de la hacienda familiar y de las decisiones de los negocios. Para empezar, ella fue la promotora del pasaje de Ripalda, una galería comercial al estilo europeo, con elegantes cafés, donde en 1897 se ubicó un lujoso hotel dotado del primer ascensor que pudieron ver los valencianos.

La siguiente aventura de la condesa de Ripalda fue levantar su palacete en uno de los huertos que la familia poseía en las afueras, entre los Jardines del Real y la Alameda. Cerca de la acequia de Mestalla y del camino de la Soledad nació el capricho romántico de un castillo, con torres y mansardas, que tendría que evocar el de Luis de Baviera. Vicente Monmeneu dibujó los planos, el maestro José María Arnau lo construyó y la condesa inspeccionó una y otra vez las obras, según se decía triscando por los andamios y trasformando muchas veces las previsiones iniciales de la obra.

Lo ocurrido con el edificio en años sucesivos fue de manual: se convirtió en un romántico paisaje de Valencia por fuera, mientras por dentro sufría los avatares naturales de una propiedad que, al desaparecer su dueña y cambiar los signos de los tiempos, era imposible de mantener y se fue deteriorando. El resto, ya es conocido: una muerte silenciosa. Y anunciada.

Hoy en día, en ese lugar sagrado, en el lugar exacto donde un día se levantó erguido y orgulloso el Palacio de Ripalda, se levanta el edificio vulgarmente llamado PAGODA.

Curioso, el Palacio de Ripalda se derribó 100 años despues del mayor crimen cultural de la historia de Valencia: en 1868 derribaron la muralla y todas las puertas menos las de Quart y las de Serranos… de eso hablaremos otro día.

Para terminar, el mejor documento gráfico que he podido encontra sobre el Palacio de Ripalda, fotografía en alta resolución que podreis obtener clickeando varias veces sobre la fotografía y en el que se aprecia toda la parte oeste junto el Palacio que fue derrocada.

20 comentarios

  1. Carta de un lector al diario Las Provincias tras el artículo de la demolición del Palacio de Ripalda en Valencia:

    Una es una carta al Director publicada el 21 de junio de 1967. Está firmada por J. G. C. Y dice así, íntegramente copiada:

    «Señor Director de LAS PROVINCIAS:

    Con verdadero asombro e indignación he leído la noticia del proyecto de demolición del castillo de Ripalda y la correspondiente construcción en su lugar de un edificio residencial.

    Si esto se lleva a efecto, habremos dado otro de los muchos pasos atrás que Valencia está dando en los últimos años, en su camino ciudadano. De seguir así, será preciso creer en una tercera fuerza oculta, capaz de sobrepasar en mucho a las fuerzas vivas y muertas (que también creo deben influir), la cual ha de ir destruyendo lo bueno que heredamos de nuestros mayores y obstruyendo la natural actividad de progreso que deberíamos llevar, para mantener nuestra posición de orden dentro de las ciudades españolas.

    Me parece muy bien que unos señores hayan tenido la iniciativa de construir un edificio residencial maravilloso, pero no hay ninguna razón válida, que justifique su construcción sobre el solar de un primor arquitectónico como es el castillo de Ripalda, cuando en Valencia hay, por desgracia, miles de metros cuadrados de solares vacíos u ocupados por edificios que están pidiendo a gritos su demolición. Sin ir más lejos del punto elegido, tenemos la enorme extensión que ocupa la Feria de Muestras que en el momento se traslade a su nuevo emplazamiento quedará libre su solar y sobre el cual muy bien se podrán construir varios edificios.

    Resumiendo señor Director, creo que es necesario defender el patrimonio valenciano (del cual forma parte inexcusable el referido castillo), por encima de los intereses particulares, intereses que por otra parte se resuleven con dinero si hace falta.

    Atentamente le saluda, J.G.C.»

  2. Respuesta del diario Las Provincias 2 dias despues, 23 Junio 1967:

    Faltaríamos a un inexcusable deber si no expresásemos nuestro punto de vista leal y objetivo, en relación con la anunciada demolición del llamado palacio o castillo de Ripalda.

    Nos duele dicha demolición, porque borraría un paisaje de nuestra ciudad que se ha hecho familiar a las últimas -pocas- generaciones. Eso es todo. Para oponerse a la demolición del palacete en cuestión, no se pueden invocar razones de índole histórica, porque carece de significación histórica. Tampoco se pueden invocar razones de orden artístico, pues carece de verdadero valor artístico. Mucho menos se pueden invocar razones de valencianía pues, construido a fines del siglo pasado, se trata de una muestra insignificante -un ‘pastiche’ para decirlo con la palabra justa- totalmente ajeno al espíritu peculiar de nuestra arquitectura.

    ¿Qué queda pues? Queda una escenografía con cierto encanto, un paisaje sentimental para las generaciones que lo hemos conocido siempre ahí, donde está. Nos descalificaría muy desfavorablemente tratar de hacer de él, el monumento histórico y artístico que no es, y sería literalmente tirar el dinero de todos, pretender rescatarlo a la propiedad privada, al calor de la inflación sentimental que causa la noticia de su derribo, o al arrimo de un juicio equivocado acerca de su valor.

    Nos dolerá que desaparezca, pero nos duele mucho más la insensibilidad pública ante pérdidas más lamentables.

    En última instancia, las entidades verdaderamente soventes en arte y en historia pueden dar su razonado dictamen.»

  3. He buscado por la web y creo que es uno de los mejores extractos del palacio de Ripalda que hay en la web. Conozco algo el tema por conocidos que tenían cierta relacion con la familia, la cual vive o al menos algunos de ellos en el edificio de la Pagoda, ya que obtuvieron del terreno pisos en la finca. Según recuerdo por lo que comentaban, el estado de deterioro del palacio por el interior, que requería una considerable cantidad en reparaciones, junto al enorme gasto de mantenimiento del edificio propició su derribo. Respecto al tema de que se llevó piedra a piedra a otro pais no me consta pero creo que no ocurrió. Los objetos del interior creo que naturalmente conservaron bastantes de ellos, y según me comentaba una persona que estuvo en uno de los pisos de la Pagoda donde vive la familia, había varios cuadros de grandes dimensiones que muy probablemente procedían del palacio.
    Me imagino que la pasividad de la administración que debió adquirir el palacio para evitar su derribo fue el peor de los males que podia tener esta historia.
    Nuevamene la arquitectura de la ciudad es la que sufre la consecuencia de la falta de visión de nuestros políticos, antes, ahora y en el futuro, envidia nos debería de dar de ciudades europeas con la mitad de historia arquitectónica que Valencia cómo conservan su casco histórico, palacios, edificios publicos etc.
    ¿Nunca mais? Ojalá, pero lo dudo.

  4. Allò millor de la teua recerca són algunes de les fotos, els comentaris del lector de «Las Provincias» en 1967 i les argumentacions del periòdic. Es curiós … Quan les lliges semblen línies carregades de lògica però en reflexionar un poc te n’adones bén promte que és tracta de pura demagògia : mai un edifici com la «pagoda» hauria d’haver-se alçat per damunt dels enderrocs d’un palauet que, encara que sense valor històric, sembla que posseïa un valor sentimental i paisagístic notable i que en l’actualitat podria perfectament ser un dels jardins més encissadors de la ciutat que tan escassa va de zones verdes.

  5. Excelente resumen sobre el Palacio de Ripalda y con buenas imágenes. Estoy interesada en localizar imágenes a buena resolución del Palacio, o láminas de gran formato … puedes indicarme si sabes donde? Muchas gracias

  6. Mi querido amigo, he leido tu artículo y realmente es un buen resumen con una colección de imágenes hermosas. Decirte que actualmente aun existen restos de la valla almenada junto al vecino palacete de Monforte.
    Saludos, José Mª Tortajada, Arquitecto técnico.

  7. Hola, viendo tu pagina me has echo que pensar, y te pregunto si tienes alguna información sobre el convento de Santa Anna de Albaida en el mismo balle. Que conserva pinturas talvez medievales en su capilla como se puede distinguir por internet al buscar en fotos ermita capilla convento de Sta Anna, ademas de tener mucho interes por su historia: en las que intervienen personajes tan importantes como S.Vicent Ferrer, el conde de Albaida, Juís Joan del Milà y Borja, Carranza de Vilarragut,Juan Micò y San lluís Bertran por no nombrar que a unos cuantos- Aber si escribes algo al respecto, gracias y un saludo.

  8. Me parece una autentica aberración, no ya solo lo que se ha destruido de nuestro patrimonio cultural, si no que aún se siga realizando. Hemos perdido verdaderas maravillas arquitectonicas, de las cuales ya no podremos disfrutar. Lo malo es que hay gente, por interes, que merced a futuristas apreciaciones, busca motivos para terminar con los restos de un pasado maravilloso que nos queda. Por ejemplo, el edificio de Tabacalera.

  9. lamentable, por lo menos nos queda tu testimonio a los que no pudimos conocer esta bonita y desconocida fisonomia de nuestra ciudad, por lo menos estas barbaridades ya no se hacen, ¿o si? desde la parada del empalme del metro direccion LLiria hay un palacete en ruinas en terreno de Burjassot. Alguien conoce su historia?

  10. Vivo en Ibiza pero soy valenciana y en casa de mis padres e crecido con la imagen de un cuadro de algo mas de dos metros del palacio de ripalda de una postal que mi padre hizo ampliar en blanco y negro y aun lo conservamos siempre me a encantado incluso sale la fuente y algo de trafico como un autobús y un coche seiscientos es maravilloso.

  11. Vivo en Francia, vi por la primira vez el Catillo Ripalda en 1957 cuando fuimos desde Oran (Argelia) de visita a Valencia, ya en Francia en 1970, fuimos otra vez y ya no estaba, es una pena que la comunidad valenciana no hizo nada pâra reabilitar lo en museo y declarar lo, patrimonio nacional, ahi, se rodo la pelicula, El monaguillo del Carmen, donde actuo mi padre como mayordomo del Marques de Ripalda, se hizo por el año 1926, actuo tambien como monja, mi tia y como el niño, un primo mio recien nacido, en resumen, esa pelicula cuenta que el hijo del Maques tubo un hijo con una chica de la huerta valenciana y el Marques, encarga a mi padre (mayordomo) de matar lo, lo que no hace y lo entrega al convento del Carmen por medio de un bombo que avia en la pared, unos años despues, este nño se hizo monaguillo y sin saber lo, caso a sus padres, tengo un trozo de pelicula y me gustaria poder encontrar la para hacer una copia, si algun lector sabe algo, me puede contactar a, barraca009@gmail.com , le seria muy agradecido, gracia.

      1. Muchas gracias sobre la inforacion en Facebook que no tenia, voy a ver si con esas informaciones puedo contactar la filmoteque de Valencia a ver si ay algun rastro de esta pelicula, feliz 2015.

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