Y digo yo, a estas alturas de la película, ¿todavía queda alguien que se sorprenda que Catalunya robe, expolie y se apropie de cultura, geografía y signos de identidad ajenos?.
Esta vez ha sido en la web de la Generalitat de Catalunya, donde se atribuyen como propio la Albufera de Valencia, las Fallas, la paella valenciana y de los escritores ilustres valencianos del Siglo de Oro de las Letras Joanot Martorell y Ausias Mach.
No es de extrañar que ante su escasez de atractivos turísticos, culturales o de cualquier otra índole deban recurrir a otras regiones para poder maquillar sus verguenzas, son unos gurús en éstas artes, lo han hecho siglos atrás, lo hacen y continuarán haciendolo mientras nadie les pare los piés. Están tan acostumbrados a mentir, a robar y a expoliar que ya lo hacen de manera natural, tan tranquilos, sin inmutarse.
Un pueblo, el catalán, que fué uno de los últimos en constituirse como tál en el territorio nacional, aldeas por aquí, condados por allá pero sin unión territorial ni bandera ni nombre identificativo, cuando el resto de regiones españolas hacía tiempo que ya estaban formadas, entre ellas mi Reino de Valencia.
Sin historia (digna de ser contada), cultura, tradiciones, gastronomía o música y lo que es peor, sin una lengua propia, lo que provocó que durante siglos tuvieren que robar a sus vecinos para poder disponer de alguna seña de identidad.
Todo comenzó allá por el siglo XIX, cuando un personaje, no voy arecordar aquí su nombre por no manchar mi blog, tuvo un sueño, o tal vez fue una pesadilla, formar una nación de lo imposible, de donde nada existía.. todo un reto.
Ese sueño fue creciendo y ganando adeptos aunque desgraciadamente para ellos llegó un día en el que la realidad les propició un duro golpe, su sueño era imposible de llevar a cabo puesto que su adorado territorio carecía de cualquier pilar básico para poder reclamar su «nacionalidad». Lejos de rendirse y abandonar decidieron cambiar de estrategia, utilizar sus influcencias políticas y su poder económico incipiente ya en pleno siglo XIX para escribir de nuevo la historia, borrando, expoliando y destruyendo para ello cualquier documento de la vieja Corona de Aragón y Reino de Valencia que pudieran delatarles, y con esas premisas decidieron emprender viaje.
Hasta el pasado puede reescribirse, los historiadores no paran de demostrarlo (j.P.Sartre)
Primero necesitaban lo esencial, una lengua propia de la que carecían, y empezaron con ello, robando una lengua, el provenzal, occitano o lemosín, como quieran llamarlo, le cambiaron el nombre y lo llamaron catalán. El primer paso y mas importante ya estaba dado, ya era imposible frenar la mentira nacionalista catalana.
Continuaron robando la historia ajena y, convirtieron el Reino de Aragón en Reino Catalano-Aragonés:
Aragón, casa reinante que absorbió a la casa de Barcelona, extinguida en 1150 por mutua conveniencia y deseo del titular de esta última el conde Ramón Berenguer; que al casarse con Petronila, hija de Ramiro el Monje, rey de Aragón, adquirió como propio un linaje
superior, pero renunciando al suyo, no titulándose más que princepe junto a su esposa regina; de modo que el hijo de ambos, ya con Barcelona incorporada a la corona, se tituló rey de Aragón, y nunca de Cataluña.
Lejos de saciar su sed imperialista, robaron la cultura a sus vecinos mallorquines y valencianos y, para cubrir su tremendo hueco cultural, eligieron al mallorquin Raimundo Lulio (al que mas tarde adaptarian su nombre a Ramon Llull para darle una catalanidad mas incipiente) como su abanderado cultural, pero no acabaron ahí, continuaron robando a sus vecinos valencianos para intentar tapar sus verguenzas culturales, y así, escritores valencianos universales como Joanot Martorell o Ausias Mach pasaron a escritores universales catalanes.
¿Y la bandera?, ¿que tal la aragonesa?, le añadimos una barra mas y «voila», ya tenemos la histórica «senyera» catalana. Y como prueba de ésto una orden del año 1462 por parte de los gobernantes de Cataluña :
que en 1462 ordenó que se quitase la bandera cuatribarrada sobre fondo amarillo, ya «que era representación del rey de Aragón», enarbolando primero la enseña con la cruz de San Jorge y después la del rey de Castilla Enrique IV. Cuando el rey Juan II de Aragón entró en Barcelona, nuevamente la «cuatribarrada» ondeó en su condado de Barcelona, como lo hacía en el reino de Aragón.
Una vez resuelto el conflicto linguistico y cultural en pos de su autodeterminación, necesitaban atar otros asuntos menores para poder completar el complejo laberinto de su autodeterminación; gastronomía, tradiciones, música, festividades, deportes… y por supuesto, tambien ahí fallaban.
Una de las festividades mas importante en Cataluña son «Els Castellers», una torre humana que se eleva infinitamente hasta fundirse con el cielo, pues bien, hasta hace poco tiempo esa festividad era llamada en Cataluña como «Ball dels Valencians», y era llamada así porque fueron los valencianos quienes introdujeron dicha festividad en las comarcas tarraconienses limítrofes con la valenciana. Para ser mas concretos, el origen de dicha festividad viene de una localidad valenciana llamada Algemesí, y su nombre original es «Muixeranga». Tuvieron que cambiar el nombre para eliminar cualquier posible rastro de su procedencia.
¿Gastronomía?… mucho hay que buscar para poder hallar un plato típico catalán internacional… ¿pá amb tumaca?… (pan con tomate)…. ¿crema catalana?….. La «escudella» y la «carn d´olla» son otros platos importados (cocidos) a los que se le ha cambiado el nombre para darle un toque mas nacionalista.
El famoso cava catalán… derivado del Champagne francés y que curiosamente no fue en Cataluña donde se inició:
«Sin duda, cuando el cava catalan empezaba, en Valencia ya existía y se producía tiempo atrás, concretamente en las comarcas de Requeña y Utiel, como una de las bodegas mas viejas de europa (luego vino el expolio y la apropiación indebida».
Tambián hay cava de otras 4 ó 5 denominaciones de origen que sufren el ninguneo y la ingnonímia de los catalanes desde tiempos atrás, impidiendo éstos qeu sean apoyados y subvencionados desde el Gobierno para eliminar cualquier posible competencia.
Si comparamos estos platos con otros de otras regiones, digamos la valenciana, con su tratamiento de platos de arroz, con su paella valenciana, su fideuá, su arroz negro, su arroz a banda, o sus bebidas, la mistela o moscatel, los licores, la horchata… nos daremos cuenta de la diferencia tan desproporcionada entre unas regiones y otras.
Hablemos de música y de tradiciones musicales, otro de los pilares básicos para el orgullo de una futura nación:
La gralla y otros derivados catalanes no son mas que una evolución de la dolçaina valenciana, instrumento árabe muy arraigado en todo el Reino de Valencia. Y digo que no son mas que una evolución por un sencillo detalle, las grallas y derivados incorporan metal, por lo que, por muy poco aplicado que haya sido alguien en capítulos de historia, no resultaría complicado entender que la incorporación del metal es muy posterior a la madera en sí. Igualmente las famosas tamboradas catalanas tienen su origen en Aragón.
¿Bailes autóctonos?, leo frecuentemente blogs y otros artículos por internet y me resulta muy curioso ver como los nacionalistas catalanes sacan pecho por tener un baile típico genuinamente catalán, al que muchos llaman «el baile nacional catalán», pues muy a mi pesar, inocentes estudiantes de filología catalana, he de deciros que se trata de otra «expropiación indebida». Lejos de analizar la estética de dicho baile, no soy quien para hacerlo aunque sí tengo mi opinión creada, tan solo dejar un aporte al respecto:
«La sardana tiene su origen en la isla de Cerdeña donde se baila un baile típico hace siglos que se llama «Su passu torrau» entre otras modalidades».
Curiosamente su popularidad empezó a crecer justo en las últimas décadas del siglo XIX, cuando la maquinaria nacionalista ya empezaba a funcionar, les interesaba atar todos los cabos y poseer igualmente un «baile autoctono». Nos encontramos pues ante otro flagrante robo puesto a disposición de la maquinaria nacionalista catalana.
Para terminar, lo mas importante que me he dejado para el final, el sueño de Hitler era crear la raza ária lejos de cualquier «impureza» o mestizaje.
Cataluña experimentó su gran crecimiento en el siglo XIX especialmente gracias a la revolución industrial y a la importante demanda de empleo que originó, lo que hizo que se repoblase con ciudadanos de todas las regiones de España y experimentase un notable crecimiento poblacional en su territorio.
Hoy cualquier catalán, por muy nacionalista que sea, lleva en sus venas una mayor proporción de sangre de otras regiones de España que catalana en sí, y en mayor cantidad que en otras regiones españolas como Galicia, Pais Vasco, Andalucía o Comunitat Valenciana, donde el mestizaje de siglos pasados ha sido mucho menor por lo que por ellos corre mayor sangre «nacionalista» o regional, y sin embargo, curiosamente, son y se sienten españoles.
Supongo que al leer estas líneas muchos catalanes quedarán estupefactos, indignados y heridos, es justo la sensación que los valencianos venimos sufriendo durante decenas de años ante tantos atropellos, robos y mentiras sobre nuestra cultura, identidad, lengua y tradiciones.
Sé que a los catalanes de bien que son mayoría no los voy a herir, ya que de eso ya se encarga su propia Generalitat de Cataluña, pero me gustaría a invitarles a que, si de verdad creen en España y en la solidaridad entre regiones, se alcen de una vez por todas contra su totalitario gobierno para evitar las tropelias que constantemente cometen sobre sus vecinos valencianos, mallorquines o aragoneses.
Para saber mas: