Siglo de Oro Valenciano

Le Monde sostiene que el idioma valenciano se habla en Lleida, Andorra y parte de Aragón


“Le Monde” sostiene que el valenciano se habla en Lérida, Andorra y parte de Aragón.

Un estudio sobre los nacionalismos en España rebate las tesis tradicionales del catalanismo

VALENCIA.- El diario francés “Le Monde” se ha acercado al fenómeno del nacionalismo en España con un insospechado análisis que rebate las tesis tradicionales del catalanismo, y que desmonta algunos de los preceptos habitualmente empleados en la defensa de la preeminencia de la denominación del catalán sobre el valenciano, rompiendo así con la corriente de pensamiento único que rodeaba a esta cuestión.
En un artículo de Cécile Chambraud, corresponsal en Madrid del diario francés, la periodista se preguntaba si el valenciano “¿es una variante del catalán o bien una lengua de por sí?”. Una pregunta a la que responde en el propio artículo al darle carta de naturaleza como lengua cooficial en España en un mapa identificativo

El reportaje, titulado ¿Cuántas naciones tiene España?, pretende ser una aproximación al “aumento del nacionalismo y “la discusión de los Estatutos catalán y vasco”.

Pero con todo, el aspecto más sorprendente del artículo es el referido a la presencia del valenciano como idioma propio y diferenciado en el contexto estatal. Rompiendo con el tradicional tratamiento que se ha dado en los medios extranjeros a la lengua de Ausiàs March y Joanot Martorell, la periodista de “Le Monde” y el diario optan por llamar valenciano a lo que en las clases de Filología de la universidad de valencia se denominaría “catalán occidental”.
De este modo, “Le Monde” dice que el valenciano se extiende desde Andorra hasta el norte de Murcia, e incluye parte de Aragón y de las provincias catalanas de Lérida y Tarragona. En virtud de esta nomenclatura, en el mapa de las lenguas cooficiales de España, además del gallego, euskera y catalán, se reconoce al valenciano como lengua propia y se defiende su campo de extensión por toda la franja occidental de la zona bilingüe de la antigua Corona de Aragón. Así, el rotativo galo circunscribe lo que denomina catalán sólo a la parte oriental de Cataluña y Baleares.

Fuente: Article publié par Cécile Chambraudle, le 08 Mars 2006. Le Monde.

«El Mundo» edición valencia 2-4-2006.

Todo esto ya fue adelantado por nuevacorriente en su artículo «¿Valenciano o catalán?» del mes de noviembre, el cual trascribimos de nuevo. Un análisis en profundidad y objetivo sobre las diferencias y similitudes del catalán y valenciano.

¿Es el valenciano una lengua o un dialecto? Esta es la pregunta que ha ocasionado y ocasiona el llamado conflicto lingüístico que existe en Valencia. La polémica comenzó en el siglo XIX y se recrudeció con la transición democrática de finales del siglo XX. Hoy el conflicto perdura, aunque no con la intensidad que lo hacia en la década de los 80.

El caso valenciano-catalán no es el único que plantea problemas. Existe en Europa casos similares como el flamenco. Sin ir tan lejos, en España tenemos el ejemplo de la lengua gallega y portuguesa que nos puede ayudar en nuestro caso. ¿Es el gallego una lengua o un dialecto del portugués?

Para intentar desvelar el problema es necesario hacer una referencia a la terminología. Qué se entiende por dialecto, por lengua, por normalización, por lingüística…El hecho de que un pueblo se exprese en un determinada forma de hablar indica que existe una lengua. Pero ¿la lengua es igual o idéntica a la lingüística o esta es simplemente un factor o pilar que fundamenta la existencia de una lengua?. ¿Para la configuración de una lengua hay que tener en cuenta otros factores como el histórico, el social o el literario o basta únicamente con el factor lingüístico?

Desde un punto de vista de los defensores de la “unitat de la llengua” solo hay que acudir a parámetros estrictamente lingüísticos uniendo el concepto de lengua con el concepto de lingüística. Esta se encarga de la gramática que conforma una lengua. No se tiene en cuenta en absoluto otros parámetros. Sin embargo esta postura es rebatida por otros lingüistas europeos. Pryde J.B afirma «son numerosos los criterios para demarcar los límites entre lenguas o entre dialectos». Es decir «las diferencias entre las lenguas y los dialectos estrechamente relacionados, son en su mayor parte, políticas, culturales, más que lingüísticas» como dice Lyons, John. Esta parece ser la corriente mayoritaria entre los lingüistas.

Analicemos pues los otros factores que configuran la existencia de una lengua. En primer lugar el histórico. En la península Ibérica durante la dominación árabe se consolidaron los dialectos de la lengua latina. En el lado occidental el gallego, en el central el castellano, y en el oriental el valenciano. La tesis catalanista de que el catalán fue llevado a Valencia y Mallorca con el rey Jaime I ha demostrado ser errónea.

El árabe Ibn Sida que murió en Denia en 1066 se disculpaba de los errores cometidos en su obra ya que estaba rodeado «de personas que hablaban romance». Antes de la llegada del Conquistador ya se hablaba una lengua romance que posteriormente se llamara valenciano. Por otro lado y de acuerdo con las fuentes históricas la repoblación cristiana apenas supero el 3% siendo imposible que esa pequeña población de repobladores impusiera una lengua y más cuando se encontraban divididos en aragoneses, catalanes y franceses.

Valencia nunca ha estado unida políticamente a Cataluña. El Reino de Valencia se regía por sus propios fueros diferentes de los otros territorios de la Corona de Aragón. Por tanto desde un punto de vista político e institucional Valencia y Cataluña desde hace 700 años han constituido dos realidades distintas. Este es un factor clave en la diferenciación entre el gallego y portugués. El hecho de que Galicia y Portugal pertenezcan a realidades políticas diferentes ha sido crucial para que ambas lenguas se consideren distintas. Aquí no ha mediado un factor lingüístico sino un factor político.

Un elemento sólido e identitario del valenciano es sin duda la literatura que ha aportado. El siglo de oro valenciano fue desarrollado casi en exclusiva por autores valencianos. Y hay unanimidad entre los autores de la época en afirmar que escribían en lengua valenciana. El clásico valenciano autor de Tirant lo Blanch, Joanot Martorell dice «no solament de la lengua anglesa en portuguesa. Mes encara de portuguesa en vulgar valenciana». Un poco más tarde el autor universal del Quijote también menciono el valenciano como lengua «la valenciana, graciosa lengua». Por contra el catalán hasta 1900 se le consideró un dialecto del provençal y fue en 1959 cuando la Real Academia Española rectifico su definición de catalán.

La transformación que experimentó el catalán de dialecto a lengua supone la exteriorización de una nueva realidad: el nacionalismo. Fueron los catalanohablantes los que reivindicaron que su habla tuviera la calidad de lengua. Aquí entra a escena el factor social y cultural. La lengua la crean los usuarios de la misma. Los usuarios catalanes decidieron que el catalán ya no era dialecto. En el caso valenciano la mayoría de los valencianohablantes –un 64%- considera su lengua distinta a la catalana, de acuerdo con la encuesta del CIS de 2004. Respetemos, también, la voluntad de los valencianos.

El argumento estrella de los defensores de la unidad de la lengua es que catalán y valenciano son una misma lengua pero el valenciano es una variable, un dialecto. Por tanto habría unidad lingüística. Pero desde esta perspectiva y con los datos históricos y literarios que poseemos…no sería más correcto preguntarse ¿es el catalán un dialecto del valenciano? En todo caso las tesis unionistas no se sostienen porque valenciano y catalán mantienen muchas diferencias estructurales, fonéticas, morfológicas etc.

No existe por tanto unidad lingüística aunque es evidente que el catalán y valenciano son lenguas hermanas pertenecientes a un mismo sistema lingüístico pero no idéntico. Como pertenecen a un mismo sistema el gallego y el portugués pero ambas se las considera lenguas distintas.

La solución es hablar el valenciano de nuestros padres, mantener viva las formas valencianas aunque sean consideradas incultas en ciertos despachos e instancias bien remuneradas. Rechazar otras palabras «cultas» distintas a las valencianas. La lengua culta la construye el pueblo y no las academias.

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Espagne, combien de nations ?

Cécile Chambraud

LE MONDE | 07.03.06 | 14h01 • Mis à jour le 07.03.06 | 14h01

Le drapeau espagnol doit-il continuer de flotter sur la forteresse de Montjuich, qui surplombe Barcelone ? Les Catalans forment-ils une nation ou une nationalité ? Les Basques ont-ils un droit à l’autodétermination ? Le valencien est-il une variante du catalan ou bien une langue à part entière ? Les régions espagnoles auront-elles, toutes, la maîtrise de la moitié de l’impôt sur le revenu et de la TVA récoltés sur leur territoire ? La connaissance du catalan est-elle un devoir pour les citoyens vivant en Catalogne ?

Ces questions et mille autres, parfois byzantines, parfois sonnantes et trébuchantes, occupent, depuis plusieurs mois, presque entièrement le débat politique espagnol. Et parfois aussi la rue : le 18 février, une centaine de milliers de personnes ont ainsi défilé dans les rues de Barcelone en scandant : “Nous sommes une nation, nous avons le droit de décider.” Car, sous la pression, notamment, des nationalismes catalan et basque, qui ont connu une nouvelle impulsion ces dernières années, l’Espagne a entrepris, depuis un an, une révision complète de l’articulation de ses territoires et des règles qui régissent leurs relations avec l’Etat.

Le président du gouvernement, le socialiste José Luis Rodriguez Zapatero, a encouragé le mouvement vers ce qu’il appelle l’“Espagne plurielle”. L’éventualité de la fin du terrorisme au Pays basque et d’un débat sur l’avenir juridico-politique de cette région contribue à accentuer le caractère conflictuel de la question territoriale.

Pour un oeil français, accoutumé à la symétrie et à l’ordonnancement raisonné, l’Espagne plurielle, c’est déjà maintenant : l’“Espagne des autonomies”, telle que l’a inventée la Constitution de 1978, est l’assemblage de dix-sept régions et de deux villes autonomes (Ceuta et Melilla, enclavées au Maroc) – dirigées par des gouvernements et des Parlements régionaux – aux prérogatives différentes, aux degrés d’autonomie variés, aux quatre langues co-officielles, en plus du castillan. Ces collectivités se sont constituées volontairement dans la seconde moitié des années 1970, lors de la transition démocratique, après la mort de Franco. Chacune est régie par un statut, élaboré par ses élus puis ratifié par le Parlement espagnol. Ce sont ces statuts qu’il est aujourd’hui question de modifier, à l’initiative des régions concernées.

Une douzaine de régions, pour l’instant, sont demandeuses. L’une des premières à entreprendre la révision de son statut a été la Catalogne. Sa volonté était sur la table depuis que, en 2003, le parti nationaliste de centre droit Convergence et union (CiU), dont le chef de file, Jordi Pujol, dirigeait la région depuis 1980, a été supplanté par une coalition de gauche dirigée par le socialiste Pasqual Maragall. Le nationalisme de celui-ci ne le cède en rien à celui de CiU. Son alliance avec les indépendantistes d’Esquerra republicana de Catalunya (ERC) s’est fondée, justement, sur l’objectif de réformer l’Estatut de 1979, pour augmenter les compétences et les ressources propres de la Catalogne et pour renforcer son identité politique, à l’intérieur de l’Espagne comme à l’extérieur, notamment au sein de l’Union européenne.

Alors dans l’opposition, et prenant le contre-pied de l’orientation “espagnoliste” et centralisatrice du second mandat de José Maria Aznar, M. Zapatero, par une formule demeurée fameuse par sa témérité, s’était publiquement engagé, s’il emportait les élections, à “appuyer le projet que le Parlement catalan adopterait”. Le président du gouvernement est convaincu qu’une “nouvelle étape” décentralisatrice, allant dans le sens d’une Espagne plus fédérale, est la condition indispensable non seulement de sa stabilité et de sa gouvernabilité, mais aussi, tout simplement, de sa cohésion.

Après son arrivée au pouvoir, des mois de négociations entre les socialistes de Madrid et les élus catalans ont été nécessaires pour éliminer du projet adopté par le “Parlament” de Barcelone, en septembre 2005, les dispositions qui excédaient le plus manifestement les limites, volontairement floues, de la Constitution. Outre les finances (la Catalogne aura la maîtrise de 50 % de l’impôt sur le revenu et de la TVA perçus sur son territoire et de 58 % des taxes sur les alcools, les tabacs et les hydrocarbures), le point le plus litigieux, et le plus politiquement chargé, a consisté à savoir si la Catalogne pouvait, constitutionnellement, se définir comme une “nation”, sachant que la Constitution réserve ce terme à l’Espagne, même si elle mentionne l’existence, en son sein, de “nationalités”. Le Parlement espagnol ne s’est pas encore prononcé, mais l’accord trouvé entre le gouvernement et la majorité des partis catalans s’est fait contre l’opposition conservatrice du Parti populaire (PP), qui voit dans l’extension des pouvoirs catalans et la mention du mot “nation”, même assorti de restrictions, le début d’un “détricotage” de l’Espagne. A l’opposé du spectre politique, les indépendantistes d’ERC se demandent également si, pour des raisons inverses, ils ne se prononceront pas contre le compromis. Un référendum doit sanctionner le processus.

Quelques mois après sa victoire aux élections, M. Zapatero avait, en revanche, fait rejeter par sa majorité un projet de nouveau statut adopté par une courte majorité du Parlement basque. Ce texte, d’orientation souverainiste, illustrait le virage opéré ces dernières années par le Parti nationaliste basque (PNV), au pouvoir à Vitoria depuis 1980. Mais, si ce projet est enterré, le désir de réformer le statut de l’Euskadi demeure. Et le débat qui devrait s’instaurer dans le cas où l’ETA renoncerait à la violence devrait être encore plus porteur de tension avec l’opposition de droite.

La refonte du statut de la Galice pourrait être plus consensuelle. Les socialistes, qui ont, pour la première fois, conquis la présidence de cette région en 2005, souhaitent le faire en accord avec le Parti populaire. Mais le Bloc nationaliste galicien, allié minoritaire des socialistes, revendique lui aussi l’appellation de “nation”. Le PP n’est pas opposé par principe à l’élargissement des compétences des autonomies : il soutient les réformes engagées à Valence et en Andalousie, par exemple, et ses présidents de région regardent d’un oeil intéressé les nouveaux pouvoirs qui s’offrent à eux.

Cécile Chambraud, à Madrid

Article paru dans l’édition du 08.03.06

El eslabón perdido


«Los valencianos hablamos catalán porque el Reino de Valencia fue repoblado por catalanes». Bajo ésta falsa afirmación Cataluña ha ocultado, modificado y destruido  documentos con el fín de ocultar sus carencias históricas y engranar y poner en marcha su ingente y costosa maquinaria nacionalista. Partiendo de la base que los valencianos hablamos catalán desde el siglo XIII, todos nuestros escritores, toda nuestra cultura, todas nuestras tradiciones, toda nuestra gastronomía se la pueden atribuir como suya para así ocultar sus carencias culturales siglos atrás.

No hay que olvidar que el catalán nace como idioma oficialmente a finales del siglo XIX, de manos del químico Pompeu Fabra quien, usando como base el dialecto barceloní creó un idioma de laboratorio que se ha hecho hueco en nuestros días gracias al incipiente poder político y económico que desde el Siglo XIX ha conseguido Cataluña gracias a la revolución industrial.

Cabe señalar que uno de los escritores mas insignes y vanagloriados por el nacionalismo catalán no se llamaba realmente Ramón Llull, nombre con el que el nacionalismo catalán ha pretendido catalanizar a ese clérigo, sino Raimundo Lulio, con otra curiosa salvedad, realmente no era catalán, sino mallorquín.

Tal es el absurdo reinante entre los nacionalistas catalanes que es frecuente encontar por internet entradas tan curiosas como ésta: «Ramón Llull o Raimón Llull, tambien llamado Raimundo Lulio (españolización de su nombre en catalán)».

La avaricia nacionalista catalanista ha provocado uno de los capítulos mas bochornosos en los archivos de la Corona de Aragón, ubicados en Cataluña. Ella ha sido testigo de una de las falsificaciones mas bochornosas que un catalán ha hecho sobre un libro en el cual se anotaban todos los asentamientos de gente de otras regiones en el Reino de Valencia tras la RECONQUISTA, el Llibre del Repartiment. Ese infame falsificador se llamaba Prospero de Bofarull y modificó y tachó asientos de familias de otras regiones que se asentaron en el Reino de Valencia con el único objetivo que los repobladores catalanes fueran mayoría respecto a otros venidos de Aragón, Navarra y Castilla.

Para terminar con ésta apreciación a manera de introducción, cabe señalar que Cataluña no existía como tal en el momento de la Repoblación, por lo tanto, las pocas personas del norte que se alojaron en el Reino de Valencia, ni eran catalanes ni podrían hablar el catalán, por una cuestión obvia.

Lo que ahora es Cataluña era por aquellos tiempos unos territorios sesgados, divididos mayoritariamente por condados y pertenecientes a distintos reinos, como al francés o aragonés, con una franja o tierra de nadie llamada Marca Hispanica. Esa gente, si hablaba en aquel entonces algúna lengua o dialecto diferente al latín o bajo latín, ese no era otro que el PROVENZAL.

EL ESLABÓN PERDIDO

La aportación de la colonización árabe en el Reino de Valencia fue generadora de riqueza y prosperidad durante siglos. Muchas de las tradiciones, costumbres y gastronomía actuales tienen su origen en la próspera colonización árabe. Todo ello provocó que ya por el año 1050, casi 200  años antes de la Reconquista, el Reino de Valencia fuese uno de los focos de cultura y comercio mas importantes de todo el Mediterraneo. A raiz de éste comercio incesante con diversas culturas, entre ellas la China, se construyó en el año 1056 la que fue la primera fábrica de papel no sólo de la península sino de toda Europa en Xàtiva (Valencia). Apenas 100 años después, en el Reino de Valencia se producía  un papel tan exquisito que exportaba a todo el mundo. En 1154, el geógrafo árabe Al-Idrîsî declaró sobre Játiva: «Se fabrica en ella un papel del que no se encuentra parangón en el mundo y que se conoce en Oriente y Occidente».

Los ingleses eran unos de los comerciantes mas frecuentes en el Reino en busca del preciado papel, y  fue tal la influencia que éste tuvo sobre la cultura inglesa que éstos adoptaron para su idioma el nombre que se le daba a dicho objeto en el Reino de Valencia, «paper».

Por lo tanto y sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que la palabra inglesa «paper» viene de la palabra valenciana «paper» y lo que es mas importante, con una diferencia de casi 200 años antes de la Reconquista cristiana, lo que demuestra que en el Reino de Valencia se hablaba valenciano como mínimo 200 años antes de de la Reconquista, desmontando con ello las absurdas y manipuladas teorías catalanistas que un puñado de hombres de un territorio aún no llamado Cataluña repoblaron y enseñaron a hablar  a 150000 valencianos un idioma que no existía todavía.

La Repoblación del Reino de Valencia.

La primera fábrica de papel de Europa estuvo en Valencia.

Origen del Catalanismo


Romanticismo decimonónico

La Renaixença, como otras muchas cosas pioneras en Valencia , (el papel, la imprenta, la Biblia, vocabularios, gramáticas, diccionarios, letra de cambio, leyes del mar, el hospital d´ignocents, folls i orats …) floreció primero en el Reino de Valencia, como paladín, que fue, siempre, del progreso.

Fue el notario valenciano Carles Ros, ya en la segunda mitad del siglo XVIII, quien inicia los primeros pasos de la Renaixença Valenciana, anticipándose a los catalanes, en la recuperación de nuestra lengua autóctona : la lengua valenciana.

1833

Con casi cien años de retraso respecto a la Renaixença valenciana los catalanes inician su “Renaixença” con la poesía A la patria de Buenaventura Aribau. Se trata de un poema convencional , escrito en Madrid, en homenaje a su jefe comercial , un tal Remisa con motivo de su fiesta onomástica. En esta poesía, el tal Aribau no habla aún de “lengua catalana”. Sólo nombra, nada menos que cinco veces, a la “llengua llemosina” como su lengua materna.

1841

Esta oda inicial de Aribau fue seguida por Rubió i Orts en su Lo Gayter del Llobregat, en el año 1841. El privilegiado potencial económico de Cataluña en aquel momento y el talante nacionalista de los catalanes, hicieron que el movimiento fuera secundado por políticos, financieros, burguesía y que, finalmente,agudizará la “conciencia de raza” hasta extremos desproporcionados …

1842

En el Padre de la Romanística Europea, el alemán Frederick Diez, publica la primera edición de su “Gramática de las Lengua Románicas “ en la que expone su clasificación de seis lenguas fundamentales “por su importancia literaria”, nacidas del rompimiento del latín :
Dos al este: Italiano y Rumano
Dos al sur-oeste: Español y Portugués
Dos al nor-oeste: Provenzal y Francés
(en esta clasificación no se deja ningún sitio especial al catalán , que es asignado al “dominio del Provenzal” y no es considerada lengua romance independiente, “además de existir en estado latente su fraccionamiento dialectal” (V. E. Vidos: ”Manual de Lingüística Románica”. Universidad de Nimega.1963). Cataluña fue, hasta el 1906, un mosaico de dialectos.

1848

El archivero del Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona) Próspero de Bofarull, hace una traducción falseada del «Libre de Repartiment del Regne de Valencia» para inventarse los nombres de las familias catalanas que, según él, vinieron a «traernos el catalán» y a quedarse en Valencia. Pero, como ya se ha dicho, fue una edición tendenciosa y totalmente manipulada entrando casi en los límites de la falsificación, pues leyó única y exclusivamente los «asientos» de la ocupación de tierras que le interesaron, dejando los que le parecieron difíciles o iban contra sus intereses patrioteros. En esencia, la edición de Bofarull estaba absolutamente manipulada ya que no tuvo en cuenta la totalidad del texto, ni la técnica notarial del siglo XIII, ni mucho menos la actual. Tachó a capricho nombres aragoneses y navarros para demostrar la supremacía de catalanes frente al resto.

Los escribas del Rey Jaime I de Aragón el día 7 de Julio de 1237 comenzaron a anotar en el Libro Primero del Repartiment el nombre la persona que asistía al asedio de la ciudad de Valencia y el número de las casas y yugadas de tierras que también se ofrecían. Y así ocurrió hasta después de la ocupación. Los ofrecimientos se hacían para ocupar el reino Musulmán con cristianos, lo cual presuponía la permanencia definitiva del receptor en tierras valencianas. Una vez conquistada la ciudad, comenzaron a hacerse realidad las donaciones, extendiendo los documentos correspondientes, de los que se conservan muchos. Y, tan pronto como este título de propiedad se extendía, los escribas del Rey cancelaban el ofrecimiento con unas señales.

Por eso la edición de Bofarull (1948) (que utilizan los catalanes para justificar «su» ocupación del Reino) fue incorrecta: Porque sólo contiene los nombres de los que recibieron la promesa, pero no se quedaron en Valencia, pues se volvieron a sus tierras. Él cogió solamente los nombres de los que no repoblaron el Reino de Valencia. Y no siempre se siguió tal técnica editorial, pues algunos personajes que se leen correctamente y no son catalanes fueron, posiblemente de forma deliberada, omitidos de la edición.

Una de las preocupaciones del Rey Jaime I fue que no se acumulasen los bienes inmuebles y rústicos en manos de la nobleza y clerecía. Por eso, a partir de el siglo XIV, ya se conocen cifras más precisas sobre los inmigrantes que ocuparon Valencia pues se conservan los «Libres de Avehinaments» (Archivo Municipal del Ayuntamiento de Valencia) donde se registraron los documentos de avecinamiento de cuantos quisieron adquirir la vecindad valenciana.

Realizado el estudio contrastivo de los apellidos que constaban en el «Libre del Repartiment» y de los que luego aparecen en los «Libres de Avehinaments» (y que son la única prueba documental real de quienes se quedaron en Valencia), los porcentajes de inmigración documentada se repartió así:

Siglo XIV, gente procedente de:

Valencianos autóctonos 36%
Catalanes 1´2 %
Castellanos 30%
Extranjeros 1´2 %
Turolenses 28%
Resto Península 2´4%
Zaragozanos 1´2 %

En el siglo XV el porcentaje de catalanes es del 4´23%

En el siglo XVI el porcentaje de catalanes es del 2´5.

(Fuentes: Don Antonio Ubieto Arteta, Doña Desamparados Cabanes Pecourt y Doña Teresa Puerto Ferre entre otros)

Esos porcentajes tan escasos de catalanes en la repoblación del Reino de Valencia certifican la nula y escasa influencia que tuvieron en la gestación de la “parla romanç valenciana” .

1850

El El literato catalán M. Milá i Fontanals utiliza aún en sus escritos el término «Llemosí» para referirse a su lengua.

1854

El Padre de la Romanística, el filólogo alemán Friedrich Díez, publica su “Diccionario etimológico de las Lenguas Románicas” en el que hace su estudio etimológico. En este estudio histórico-comparativo de las lenguas románicas Friedrich Díez llega a la conclusión de que la Lengua Valenciana y el Occitano eran la misma lengua. Y llega a dicha conclusión tras el estudio comparativo de las obras de nuestros clásicos del Siglo de Oro valenciano, Jaume Roig y Ausias March con obras de otros autores de menor relevancia del diasistema occitano-románico.

Pero, dado que, dentro de dicho diasistema, la Lengua Valenciana es, por categoría histórica, la primera que posee un Siglo de Oro de literatura, con su pleno standard, sus gramáticas y diccionarios y su autonomía léxica, fonética, morfosintáctica y semántica, es por eso que, cuando se habla de Occitano, en realidad, se está hablando de Lengua Valenciana. Y sin olvidar que el Occitano usaba también el “lo” y la “ch”, tan genuinos del valenciano.

1859

Convocatoria de los primeros “Jòchs Florals “ del Liceu Valenciá, que culminará con la creación de “Lo Rat Penat” a instancias de Constantí Llombart. Esta primera generación de “poetes de la Renaixença valenciana” la componen: Querol, Pasqual i Genís, J. Labaila , Ferrer i Bigné, liderados por Teodoro Llorente.

El 1 de Mayo del mismo año se celebran los primeros “Jochs Florals de Barcelona: Patria. Fides. Amor” bajo los auspicios del archivero manipulador P. Bofarull, responsable, a partir de entonces de la desaparición de una gran cantidad de documentos valencianos en el ACA (Archivo de la Corona de Aragón, sito en Barcelona). Documentos que; según el profesor Ubieto, eran «incómodos” a sus falsas tesis sobre la «ocupación» lingüística del Reino de Valencia (ver Capítulo S. XIII. Cap. 4.2)

1860

La Renaixença Valenciana se organiza en dos vertientes: “els poetes d´espardenya”, grupo progresista, capitaneado por Constantí Llombart; y “els poetes de guant”, grupo conservador, liderado por Teodoro Llorente, con encontradas opiniones sobre el modelo de lengua preferido y que tenía enfrente a Bernat i Baldoví, a Escalante y a otros y en medio a Constantí Llombart, fundador de la sociedad de amantes de las glorias valencianas Lo Rat Penat, intentando recoger las dos tendencias. Pero, por supuesto, no cabía duda en ninguno de los casos sobre la denominación de Lengua Valenciana, dado su acreditado pedigrí histórico.

En Cataluña surgen protestas contra la ortografía «revisada» del manipulador Bofarull y se nombra secretario “dels Jochs Florals” de Barcelona a Adolfo Blanch (con ch). En esa convocatoria cada concursante todavía usaba «su» particular ortografía, lo que revela la caótica situación de la ortografía catalana, que todavía era llamada «llemosí» por Aribau y otros. El panorama catalán era el de un mosaico de dialectos provenzales de camino hacia la “selección natural” por imposición del dialecto barceloní ( al ser el más hablado).

1861

El 1 El 9 de febrero se intenta en Barcelona una nueva reunión para «unificar» la ortografía que, hasta entonces, era caótica. La reunión para «normalitzar» en la que participaron Milá y Fontanals, Víctor Balaguer, Blanch, Flotats y Bofarull fue un auténtico fracaso.

1862

El Consistorio de los Juegos Florales trataba de conseguir la «normalización» de la ortografía, que seguía caótica, y se presentan dos proyectos: uno de Milá y Fontanals y otro el de l´Academia de les Bones Lletres” de Balari. El Consistorio de Barcelona se vio ante dos proyectos enfrentados pero, para evitar una especie de guerra civil interna, se evitó tomar una decisión.

Las dos corrientes, muy arcaizantes, proponían restaurar la antigua koiné, una lengua literaria basada en los clásicos y superpuesta a las variantes dialectales…

1868

Se funda el nacionalismo catalán: Valentín Admirall, su fundador, grita su ¡Guerra a Madrid! Y su biógrafo, el también nacionalista Rovira i Virgili, le define como: “quien trazó el plan político de Cataluña y quien escogió el federalismo como fórmula de gobierno ”. Todo un anticipo del invento independentista al que el nacionalcatalanismo aspira desde entonces.

1871

Nace en Benimarfull el gran filólogo valenciano del siglo XX Lluïs Fullana Mira, primer catedrático le Lengua Valenciana de la Universidad de Valencia, Acádemico de la Real Academia Española de la Lengua (1928) y para quien el Presidente de la II República Española, el socialista Manuel Azaña, creará, por decreto, el 21 de noviembre de 1936 la Cátedra de Lengua y Literatura Valenciana. Fullana será, junto al filólogo castellonense Mossen . Josep Maria Guinot i Galán, los dos investigadores de mayor rigurosidad científica, y de necesaria referencia para los estudiosos de la Lengua Valenciana del siglo XX y XXI.

1871

El padre de la Romanística Europea, Frédéric Díez, publica la tercera edición de su «Gramática de las Lenguas Románicas» en la que mantiene su clasificación anterior en las seis lenguas fundamentales por su importancia literaria, nacidas del rompimiento del Latín.

1873

Siguiendo la definición del Padre de la Romanística Friedrich Díez, Mayans i Siscar también afirmaba en 1873 que “el catalán es un dialecto del lemosín” (“Orígenes del español”. Madrid 1873).

Pero, siguiendo la manipuladora escuela del archivero Bofarull , el catalán Milá i Fontanals inventó la falsedad de llamar a la histórica Lengua Valenciana “ un dialecto occidental del catalán” así como el embuste del sonsonete sobre la “clasificación rigurosamente científica del catalán“, afirmaciones ambas carentes del más mínimo rigor lingüístico pero que siguen rodando por algunos claustros universitarios, carentes de la legitimidad científica que predican.

1890

El filologo suizo W. Meyer-Lübke, discípulo de Frederick Diez , publica su obra : ”Gramática de las Lenguas Románicas” en la que continúa la misma clasificación anterior de su maestro y donde dice (pág 4):” En el este la transición se opera poco a poco con el catalán en el Rosellón: esta última habla (parler), que no es más que un dialecto provenzal”…

El mismo 1890 Prat de la Riba (1870-1941), el ideólogo número uno del fascismo español, crea la “nacionalitat catalana” y “la Catalunya Gran”. Los movimientos totalitarios europeos (nacionalsocialismo, comunismo y fascismo) penetran en Catalunya y atizan el fuego de su patrioterismo. La lengua será instrumento de agitación patriotera.

De la Riba será nombrado Presidente de la Mancomunidad Catalana y de la Lliga Regionalista de Catalunya . Es el inspirador de las Bases de Manresa, crea el Anteproyecto de l´Estatut Regional, y, posteriormente, fundará el Institut d´Estudis Catalans. Elabora una historia falsa de Catalunya y sus teorías imitan las teorías expansionistas del II Reich cuando dice:

“Todos los conquistadores lo primero que procuran es introducir su idioma en los paises conquistados”,… “Hay que dominar por la fuerza de la cultura”… “El imperialismo es hijo natural del nacionalismo: cuando éste se encuentra exultante dentro de sus fronteras, se desborda inundando las tierras vecinas”… Y se inventa aquello de: “El enemigo de Cataluña es el Estado Español”…, que tan buena escuela de imitadores ha tenido hasta nuestros días, para chantajear prebendas en su propio beneficio , a costa de su insolidaridad con los demás. El imperialismo catalán lleva, pues, más de cien años “desbordándose sobre tierras vecinas”.

1891

En la revista «L´Avenç» del 31 de Marzo de 1891 el joven ingeniero cubano Pompeu Fabra i Poch, Jaume Massó i Torrents, Joaquim Casas i Carbó dicen que una misma ortografía para el catalán, el valenciano y el mallorquín es «impossible perquè és contra natura”. (Algo muy distinto será el tono amenazante del mismo Pompeu Fabra a los valencianos, en 1930, cuando nos quiso imponer su normativa I.E.C. del dialecto barceloní: “El que aneu a fer es molt arriscat”…).

Los hombres de L´Avenç, desentendiéndose de la antigua koiné, se lanzaron a la actualización y sistematización del dialecto barceloní con el fin de convertirlo en el moderno catalán literario. Y así, entre todo el mosaico de dialectos catalanes nacidos del provenzal, eligieron e impusieron como “standard” de referencia el “infame e infecto dialecto barceloni”, según definición del erudito Padre Batllori.

Evidentemente era “contra natura” imponer la ortografía de un dialecto barceloní”, sin pedigrí histórico, a una lengua valenciana histórica.

Pompeu Fabra publica su “Ensayo de gramática del catalán moderno” donde explica que el sistema gramatical que se va a adoptar será una normativa que tome como modelo el dialecto barceloní y no el del interior, más rural, porque el barceloní era “la parla más viva” de las que entonces se hablaban….

1902

Pompeu Fabra gana una cátedra de química en la Escuela de Ingenieros de Bilbao y se traslada al País Vasco donde su patrioterismo nacionalista se contagia de los efluvios ensoñadores del vasco Sabino Arana.

1904

En Valencia el grupo de Puig Torralva, Badenes Dalmau, Ramón Cabrelles, Eduart Boix, Isidre Torres y Francesc Costell fundaba la organización denominada “Valencia Nova”, catalanista, muy politizada y con fuertes vínculos con “Solidaritat Catalana”. Su objetivo era hacer seguidismo de la normativa catalana que se estaba gestando.

El erudito catalán Miguel i Planas en su prologo al “Cançoner Satiric Valenciá dels segles XV i XVI” reconoce la primacía de la lengua y cultura valenciana y confiesa con un toque de inocente sinceridad: “Visto el caso (de la lengua) desde Cataluña, no cabe duda de que , cuando más extremen los valencianos las pretensiones de autonomía de su variedad idiomática , frente al catalán , mayor necesidad hay por nuestra parte de reivindicar la unidad lingüística de las gentes que pueblan la franja levantina de la península con las Islas Baleares”…. “privar a Cataluña y a su literatura de de la aportación que representa la producción de las letras valencianas de aquella época .. sería dejar nuestra historia literaria truncada en el centro de su crecimiento y ufanía; más aún : sería arrancar de la literatura catalana la poesía casi por completo , porque en ningún otro momento , antes de la Renaixença ha llegado a adquirir el esplendor con que se nos muestra gracias a los Ausias March , a los Roiç de Corella , a los Jaume Roig , a los Gaçull , a los Fenollar y otros cien más …”. Todos ellos valencianos.

El cura payés mallorquín mosén Antoni Alcover, para inflamar a la burguesía catalana (que ya contaba con ingeniosos fabricantes de su nacionalismo «a la carta»), organiza el I Congreso Internacional de la Lengua Catalana y utiliza al profesor alemán Schadel para hacer viable una primera gramática catalana (la lengua valenciana ya había tenído su primer diccionario cuatro siglos antes desde 1489 con su «Liber Elegantiarum» , escrito por el notario Joan Esteve en 1472 y editado en Venecia en 1489, en latín y valenciano, como consta en el incunable: «latina et valentiana lengua»… “el mes antic llexic d’una llengua romanç»… Con gramáticas y vocabularios, que proliferaron desde el Siglo de Oro valenciano y en los que aprendieron su lengua los catalanes.

Mosén Alcover expuso a sus asesores barceloneses el proyecto del profesor alemán, pero lo encontraron irrealizable porque no existía en toda Cataluña ni una docena de lingüistas especializados capaces de hacer el estudio de una manera científica ni con garantías de seriedad.

Como era natural, el proyecto entusiasmó a la burguesía nacionalista y se formó una comisión organizadora que invitó a lingüistas extranjeros y castellanos, que eran los únicos expertos en la romanística moderna. Se inscribieron tres mil congresistas, entre ellos: Menéndez y Pelayo, E. Vergel, F. Mistral, A. Gómez Restrero, A. Farinelli, A. Körosi, J. Fastenrath, y otros.

El 13 de Octubre se inauguró el congreso en el Teatro Principal de Barcelona con un discurso patriotero y de tintes exaltados por Mosén Alcocer, alentando a todos los catalanes a «crear» la primera gramática y diccionario de la lengua catalana.

Fragmentos de Cronología Historica de la Lengua Valenciana, ISBN: 9788477954705. MªTeresa Puerto Ferre

Estrenamos marca de Blog. REINO DE VALENCIA.COM


Estamos de estreno y de enhorabuena. Ya se puede acceder al blog a través de REINODEVALENCIA.COM o a través de su anterior dirección, VALENCIANS.WORDPRESS.COM.

REINODEVALENCIA.COM ha sido una vieja pretensión, aún teniendo el problema que dicho dominio estaba registrado a otro nombre. Bien es cierto que  en  Valenciano hubiese sido óptimo, el primer paso ya está dado. Bienvenidos de nuevlo a REINODEVALENCIA.COM.

Historia y fundación de Valencia y su reino


Extraido de Wikipedia.

Época prerromana 

Recientemente se han encontrado restos arqueológicos de los siglos IV y III a.c. Estos restos son las referencias más antiguas de las que tenemos constancia y demuestran que ya antes de la fundación de la ciudad romana, en lo que hoy es la ciudad de Valencia y su huerta, ya existía actividad humana.

Los restos han aparecido en la zona de las calles Ruaya y Sagunto, lugar por donde posteriormente pasaría la Vía Augusta, de la que tenemos referencias, e incluso podemos observarla junto a la catedral de Valencia, en la Almoina.[1]

En las excavaciones se han encontrado restos que corresponden a una construcción hidráulica de planta rectangular, “quizás una balsa”, según la concejal Alcón, que ha aparecido repleta de cerámicas íberas y púnicas. También se ha localizado un pozo que contenía ánforas que podrían proceder de Ibiza, de Cádiz o del norte de África y una moneda cartaginesa de la época Bárquida.

Todo esto vendría a confirmar lo que los yacimientos iberos a lo largo y ancho de la geografía valenciana demuestran, y que no es discutido por ninguna fuente que, en lo que hoy conocemos como Comunidad Valenciana, el grueso de los pobladores eran iberos, así como el paso de los cartagineses, y seguramente comercio entre ambos.

Las últimas investigaciones demuestran que Valencia y su entorno, hoy incluido dentro del entorno urbano, formaban parte de una ruta comercial de cerámica de lujo. [2]

La zona de Valencia fue ocupada por las tribu edetanas (Liria), que se extendió hacia el norte de la peninsula.

[3]

Estos los últimos descubrimientos constatan que en el entorno de la ciudad ya existían asentamientos de estos pueblos.

Época Romana

En 138 adC fundación de la ciudad, como colonia romana, con el nombre de Valentia Edetanorum por la república romana , siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto.

El historiador latino Tito Livio transcribe en una de sus obras el acta fundacional del enclave:

Anno Urbis conditae DCXVI Junius Brutus cónsul in Hispania ist, sub Viriatho militaverunt, agros et loppidum dedit, quod vocatum est Valentia.

Valentia fue fundada por 2000 colonos sobre una de las terrazas del Turia. Es una ciudad clásicamente romana en todas sus concepciones. Es un lugar estratégico cerca el mar, una isla fluvial por donde pasaba la Via Augusta, que comunicaba la actual Andalucia (Bética) y Roma. El núcleo principal estaa en el entorno de la actual Plaza de la Virgen y la catedral. Allí se encontraba el foro y el cruce de las dos calles principales (Cardo N-S y Decumanos E-O), ambos ejes siguen hoy en el trazado de la ciudad y serían las actuales calles c/Salvador-Almoina la primera y c/Caballeros la segunda.

En 75 adC la ciudad es parcialmente destruida durante la guerra entre Pompeyo y Sertorio. Por esta causa la ciudad quedó abandonada durante 50 años al menos.

La ciudad es reconstruida a finales del «reinado» de Augusto, si bien tardaría unos años en empezar un largo periodo de desarrollo caracterizado por el crecimiento urbano, entrada ya la época de «los Flavios», gracias a la inmigración de nuevos ciudadanos que vinieron a sumarse a los de la época de Augusto (este dato está ampliamente demostrado, Valentini veterani et veteres), y como no, a la construcción de grandes edificios públicos como el foro y el circo .

Las escavaciones de la Almoina han sacado a la luz parte de foro, la curia, el ángulo sudeste de la basílica, un macellum y un ninfeo. En otros lugares se han encontrado casas ricamente ornadas con mosaicos y murales.

Así mismo se realizan importantes infraestructuras como la construcción de un puerto fluvial junto a las actuales Torres de Serranos, el acueducto, distintas obras de distribución de agua, posibles santuarios periurbanos y varias necrópolis que circundaban las vías. En la zona de la calle del mar actual se han encontrado restos del circo, un grandioso edificio de 350 x 70 m.

Imagen de una cornucopia, con la que actualmente se suele identificar a la Valentia Edetanorum romana

Imagen de una cornucopia, con la que actualmente se suele identificar a la Valentia Edetanorum romana

Del mismo modo que en el resto del Imperio, Valentia atraviesa una etapa de crisis, la ciudad es destruida entre el 260 y el 270, y reconstruida rápidamente pero con un perimetro inferior, se avandonan algunas de sus infraestructuras. [4] [5]

Durante este siglo la ciudad mantuvo su categoria, mientras veía como otras urbes próximas Edeta y Saguntum (Liria y Sagunto), entraba en una profunda decadencia.

Se conforma en la ciudad la primera comunidad cristiana de la que se tiene constancia en torno a la memoria de San Vicente que es martirizado en la ciudad en el año 304.

El poeta latino Rufo Festo Avieno escribe su obra «Oda maritima», en la que cita una supuesta ciudad íbera pre-romana en la desembocadura del Turia llamada Tyris, lo que dará lugar a que popularmente se identifique al río como a la antigua urbe.

«…Y no lejos de la separación de este río, el río Tirio rodea la ciudadela de Tiris…»

Ora Maritima de Avieno

Las invasiones germánicas y el reino visigodo

La iglesia asume las riendas de la ciudad transformando los templos romanos en edificios de culto cristianos aprovechando el vacío de poder dejado por el imperio y coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos, principalmente suevos, vándalos y alanos. Posteriormente, visigodos.

Se especula con la posibilidad de que en la ciudad se celebrara en 546 un congreso religioso, dato inseguro como el de que el rey Leovigildo desterrara en la ciudad a su hijo, el príncipe Hermenegildo. Valentia experimenta cierta recuperación debida a la instalación en ella de militares visigodos durante la invasión bizantina del sudeste peninsular (Provincia de Spania) en el año 554. Se fortifica el antiguo circo romano.

Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una nueva etapa de depresión en la ciudad de la que apenas existe documentación.

Época musulmana

Véase también: Historia de Al-Andalus

En el 711, se inicia la llegada de mulsumanes, repoblando esta ciudad, no existe una verdadera conquista bélica, ya que los nuevos pobladores se integran con los escasos habitantes de la ciudad, creándose un cierto aire de ciudad-estado con independencia.

Afirmando esta hipótesis, se produce un alzamiento en los años 778-779 contra Abd Al Ramán I, al intentar imponer su mandato a la fuerza, por lo que arrasa la ciudad.

Se restablece el poder a través de de su hijo Abd al-Allah arababizando el nombre de la ciudad como Balansiya y ejercitando un gobierno autónomo sobre el área de Valencia.

Construye un palacete ajardinado en las afueras de la ciudad, denominándolo la Russafa, jardines de la antigua Persia, siendo el origen del actual barrio del mismo nombre, .

Se cambia la lengua, las religión y las costumbres de los musulmanes adoptando el Islam. Se instala un perímetro de huerta en el actual barrio del Carmen y se transforma la antigua área episcopal visigoda para convertirla en un zoco vinvulado a la residencia del gobernador.

Tras la llegada musulmana en el 711, aportaron su lengua, religión y costumbres. Conviviendo con la de los habitantes originarios.

Con la llegada de los amiríes (descendientes de Almanzor) se crea el Reino Taifa de Balansiya.

Época de máximo esplendor de la ciudad, creándose sistemas de riego, cultivos y aumentando el comercio con la España cristiana.

En el 1011 Mubarak y Muzaffar iniciaron reformas y mejoras urbanísticas de la ciudad, este hecho contribuyó al aumento de la presión fiscal, lo que posteriormente provocó una revuelta popular, acabando así su mandato.

En el año 1021, fue nombrado Abd al-Aziz ben Abí Amir (nieto de Almanzor) y tenía 15 años. Durante los 40 años de su gobierno se vivió una de las épocas más tranquilas y prósperas. Creando grandes obras de ingeniería, así como creando la fortificación de la ciudad.

Entre 1087 y 1089 gobernada por el rey al-Qadir, es atacada por al-Mundir y el conde de Barcelona Ramón Berenguer II.

En julio de 1093 tras la muerte del rey taifa, El Cid establecido ya en Valencia como lugar de destierro, pone sitio a Valencia. asumiendo el mandato del reino. Rodrigo se alía con Pedro I de Aragón y con Ramón Berenguer III de Barcelona con el propósito de frenar conjuntamente el empuje almorávide.

El Cid murió en Valencia el 10 de julio de 1099. Doña Jimena consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III de Barcelona.

En el año 1101, en el que el rey Alfonso VI de Castilla ordenó la evacuación de la ciudad y Valencia cayó en poder de los almorávides. Zayd Abu Zayd, llamado también Abú Zayd último gobernador almohade de Valencia. Gozando de total autonomía respecto al imperio almohade llegó a titularse Rey de Valencia.

En esta época data una copia del Corán, siendo esta copia hermana de otras seis en donde se detecta un estilo propio valenciano, no obstante la mayoría de la escritura fue posteriormente destruida por la inquisición. Esta copia nos demuestra que existía en la ciudad una escuela de traductores y copistas.

Zayán Ibn Mardanix también conocido como «Zahén» o Çaèn, fue el último rey musulmán de Valencia tras haber desalojado del cargo de gobernador al almohade Zayd Abu Zayd en 1229. llegando a un acuerdo de vasallaje con el rey Jaime I de Aragón, lo cual le facilitó la conquista del reino de Valencia.

La Reconquista

Unos de los primeros escudos para la ciudad de Valencia tras la conquista cristiana, una ciudad amurallada sobre las aguas del r�o.

Uno de los primeros escudos para la ciudad de Valencia tras la conquista cristiana, una ciudad amurallada sobre las aguas del río.

Conquista de Valencia por Jaime I de Aragón en 1238. Se crea una nueva ley para el Reino, los fueros, els Furs que años después se hicieron extensivos al resto del Reino de Valencia y se realiza el repartimiento de las tierras como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment.

1348 La peste negra y sucesivas epidemias diezman la población de la ciudad mientras estalla una revuelta ciudadana contra los excesos del rey, la guerra de la Unión.

En 1363 y 1364 la ciudad repele por dos veces el asalto de las tropas castellanas. Como premio, el Rey Pedro el Ceremonioso concede a la ciudad el título de «dos veces leal» que queda representado por las dos L que ostenta el escudo de la ciudad.

Si bien la convivencia entre cristianos, judíos y musulmanes que compartían la ciudad había sido conflictiva durante toda la edad media, no fue hasta 1391 cuando los cristianos asaltan el barrio judío, instalado en la actual calle del Mar, haciéndolos convertirse al cristianismo, aunque seguían practicando su religión en secreto y hasta 1456 cuando asaltan la morería, instalada junto al actual mercado de Mosen Sorell.

Tras la muerte sin descendientes de Martín el Humano se produce un conflicto dinástico entre las familias Centelles y Vilaragut que desemboca en el Compromiso de Caspe y la entronización de la familia Trastamara por la Corona de Aragón.

El renacimiento valenciano

Este es el siglo de mayor expansión y crecimiento de la cultura valenciana, también se le denomina El Siglo de Oro Valenciano. Viene acompañado de un crecimiento demográfico que situaría a Valencia como la ciudad más poblada de la Corona de Aragón, con 75.000 habitantes a final de siglo, y tercera de España, tras Sevilla y Granada.

Se reactiva el comercio urbano a través de la creación de la Taula de canvis, una banca municipal de apoyo de las operaciones comerciales. Se erige la Lonja de la Seda y de los Mercaderes que se convierte en uno de los mercados más importantes del Mediterráneo al que acuden mercaderes de toda Europa principalmente por la venta de tejidos de seda.

El rey Alfonso el Magnánimo viaja a Valencia para casarse allí con María de Castilla (14011458) a la que nombrará gobernadora de la ciudad, hija de Enrique III de Castilla y hermana de Juan II de Castilla. El matrimonio se celebró en la catedral de Valencia el 12 de junio de 1415.

Se construyen algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como las Torres de Serranos, La Lonja 1482, el Micalet (campanario de la Catedral de Valencia).

En pintura y escultura aparecen artistas como Damian Forment, Lluís Dalmau o Gronçal Peris. En literatura florece la producción escrita de la mano de los autores Joanot Martorell, Ausias March, Joan Roís de Corella o Isabel de Villena.

El mantenimiento de la política mediterránea y el apoyo económico prestado por los banqueros valencianos a la corona, en el descubrimiento de América, crea un problema de descapitalización y una tendencia en las clases acomodadas a vivir de rentas, dando como consecuencia un aumento de precios y un decaimiento del comercio, lo que degenera, aunque sin éxito, en una sublevación de los gremios (Germanías).

En 1502 se funda la Universidad de Valencia bajo el nombre de Estudi General.

Embarco moriscos en el Grau de Valencia

Embarco moriscos en el Grau de Valencia

En 1609 se promulgó el decreto de expulsión, la expulsión de los moriscos y judíos, y el cada vez más preponderante poder de la nobleza, provoca la ruina del país y la bancarrota de la Taula de Canvis en 1613.

Durante la llamada Sublevación de Cataluña (1640-1652), Valencia colabora a petición de Felipe IV en su causa con milicias y dinero, lo que provocará un período de escasez económica local, sumándose a esto también al temporal alojamiento en la ciudad de tropas de otras zonas.

Perdida de los fueros y nueva organización territorial

Véase también:La Ilustración en España

Guerra de Sucesión

La Guerra de la Sucesión marca como en toda España el siglo XVII.

Durante la Guerra de Sucesión española Valencia fue ocupada por el bando austracista del Archiduque Carlos de Austriaprimeramente, y luego definitivamente por los ejercitos borbónicos.

pinceladas austracistas

Los austracistas retuvieron la ciudad durante 16 meses y derrotaron varios intentos de echarlos. Después de la victoria borbónica en la batalla de Almansa, 25 de abril 1707, el ejército inglés abandonó la comarca y la ciudad de Valencia y dejándola a su suerte.Joan Batista Basset fue el líder del ejercito austracista, él consiguió incitar al pueblo para que les apoyaran ofreciendo quitas de impuestos y distintas ventajas, todo ello, luego, fue ignorado por el Austria y Basset terminó en la cárcel.

El mito de la participación en la guerra

Por otro lado y, pese al mito difundido por algunas fuentes, el Reino de Valencia y en nuestro caso la ciudad, no entró en guerra por ninguno de los contendientes. Así vemos valencianos integrados en ambos bandos, pero el grueso del ejercito, las milicias y los gremios, no fueron llamados a filas, prueba de ello es el abundante material encontrado en la Cuidadela de Valencia, al entrar las tropas del rey Felipe V.

Pruebas de ello las encontramos en textos de la época, donde se da cuenta de la expulsión de maleantes llegados del frente en los días posteriores a la batalla, por parte de los gremios, la base de los ejercitos valencianos.

El religioso Jose Manuel Miñana en «De bello rustico valentino», nos cuenta lo sucedido: «los ladrones catalanes y los soldados del ejercito disperso se habian refugiado en la ciudad (de Valencia), mezclados con la multitud, excitaban a los plebeyos en la sangre y el saqueo (… ) los gremios, para evitar el tumulto, ponen en seguida en ellas guardias, armados, de confianza en todas las calles, y reuniendo sin demora aquella hez de catalanes, que eran los que ixcitaban al pueblo, los arrojaron de la ciudad, cerraron las puertas y pusieron guardias; libre la ciudad de esa podredumbre…» ( Voltes Bou, P.: La Guerra de Sucesion en Valencia , p 71 . ).

O le parte de armas encontrado en la Ciudadela de Valencia

«Cuando en 1707 se posesionó de la Ciudadela Felipe V, se hallaron 26 cañones de bronce, con picas, arcabuces y mosquetes suficientes para armas a diez mil hombres, mandando el rey que en la parte recayente a la ciudad, tal como reproduce el grabado de Tomás López Enguídanos, de 1809, se construyese un bastión que hacía esquina al huerto de Predicadores con su foso y torreón y una gran flor de lis por remate para su conveniente defensa y seguridad, destinándolo para ciudadela.»

Pinceladas borbonicas

Se puede ver también el caso de destacados borbónicos con cargos en el Reino y ciudad, como el «Jurat en Cap» y el secretario, dieron con sus huesos en la prisión de Pamplona por defender los intereses y derechos de los valencianos. Y por último destacar que los «Maulets», salieron en dirección a Barcelona dejando la ciudad a sus suerte en lugar de dar batalla desde una posisicón cómoda y bien guarnecida como era la capital del Reino.

Los saqueos se costataron en ambos bandos

Tras la victoria de las tropas de Felipe V, como castigo tomaron represalias contra la población, saqueando ciudades y poblaciones del Reino de Valencia, eliminando todos sus privilegios o fueros. Exactamente igual que antes habían hecho los austracistas en otras poblaciones como Morella,Sagunto,Finestrat,Segorbe, etc., que no les apoyaron, si bien Valencia, donde el ejercito austracista encontró las puertas abiertas y entró sin oposición, no sufrió como otros pueblos.

Capital de un Reino sin fueros

Destacar que el Reino de Valencia siguió plenamente vigente durante el XVIII, como institución y la ciudad su capital. Los decretos de nueva planta supusieron la perdida de privilegios y leyes, al igual que el Reino de Aragón, si bien Aragón los recuperaró en parte más adelante.

«Considerando haber perdido los Reinos de Aragón y Valencia, y todos sus habitadores, por la rebelión que cometieron, faltando enteramente al juramento de fidelidad que me hicieron como su lejitimo rey y Señor, todos los fueros, privilegios, exempciones y libertades que gozaban». Pero el decret continua dient: «He juzgado por combeniente así por esto, como por mi deseo de reducir todos mis Reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernandose igualmente todos por las mismas leyes de Castilla

Como se puede apreciar, se perdieron fueros y privilegios, no se eliminó el Reino.

Guerra de la Independencia española

Valencia fue una de las últimas ciudades de España que controló el ejercito francés, después del levantamiento popular de mayo, en Valencia cuando llegaron las noticias de lo sucedido en Madrid, la indignación popular fue en aumento y la chipa que desató la insurreción fue la famosa declaración de Vicent Domenech «El Palleter» declarando la guerra a Napoleón

En la Guerra de la Independencia española contra el ejército de Napoleón, más conocida como la guerra del francés. Los franceses atacaron la plaza de Valencia el 28 de junio de 1808. El Teniente Rafael Maroto, defendió la ciudad con las baterías de santa Catalina y de Torres de Cuarte que tenía a su cargo, destacar la acción del pueblo valenciano que liderado por una personaje anónimo apodado «el torero» y con un cañón de grueso calibre, fue capaz de rechazar al ejercito francés disparnado desde la puerta de Cuarte . Obligó a retirarse al enemigo en una hazaña bélica, por lo que fue reconocido posteriormente como benemérito a la patria y se le concedió un escudo de honor. La ciudad sin embargo terminará por caer en manos francesas tras un largo asedio, en 1812, situación que se prolongará hasta el final de la guerra en 1814.

La Restauración

En los años siguientes y como consecuencia de la legislación sostenida por la Constitución española de 1812, que ordenaba la formación de ayuntamientos en todas aquellas poblaciones que rebasaran el mínimo de vecinos estipulado por la ley, numerosas pedanías próximas al núcleo urbano de la ciudad de Valencia en situación legal confusa se constituyen en municipios (Ruzafa, el Grao, etc).

Entre 1850 y 1851 es alcalde de la ciudad Vicente Rodríguez de la Encina y Falcó de Belaochaga, director de la Casa de Beneficencia municipal, promotor del Banco de Valencia y director de la Sociedad Valenciana de Aguas Potables (fundada en 1846). En 1850 se termina la instalación de la red de agua potable.

Durante el reinado de Isabel II se instituye el Ducado de Valencia, asociado a un título nobiliario y sin mucha repercusión administrativa.

En 1860 el municipio cuenta con 140.416 habitantes. A partir de 1866 se derriban gran parte de las antiguas murallas árabes de la ciudad a fin de facilitar la expansión urbana de la misma.

Escudo del Cantón federal de Valencia, 1873

Escudo del Cantón federal de Valencia, 1873

Durante la Revolución Cantonal de 1873, se articula en el Cantón Federal de Valencia (proclamado el 19 de julio y disuelto el 7 de agosto), al que se adhieren la mayoría de los municipios de las comarcas próximas.

El Ateneo Mercantil nace en el año 1879 para atender las necesidades culturales y de formación de los empleados del comercio.

En 1877 la ciudad alcanza la cifra de 145.782 habitantes. En 1882 empieza la distribución de luz eléctrica en algunas zonas de la ciudad, que posteriormente se irá generalizando. En 1887 el municipio llega a los 192.437 habitantes.

Entre 1870 y 1900 el municipio de Valencia empieza a anexionarse numerosos municipios inmediatos de su entorno, los más importantes serán el Ayuntamiento de Poble Nou de la Mar en 1897 (actuales Barrios Marítimos) y los municipios de Patraix, Orriols, Benicalap, Ruzafa, Benimaclet, Campanar, a los que se sumarán otros 15 núcleos urbanos de menor entidad. Como resultado de este gran crecimiento territorial y urbano y de la política de absorción de los municipios más cercanos, el municipio de Valencia llega a duplicar su población a final de siglo.

El Banco de Valencia se crea en 1900.

Durante este siglo se triplicó la población de la ciudad, pasando de 213.550 en 1901 a 233.348 en 1910, 320.195 en 1930 y llegando a 739.014 en 2000 y se convertiría en el centro de un área metropolitana de más de 1,5 millones, tercer área demográfica, industrial y económica de España.

El 20 de julio de 1917 el sector de lo ferroviarios de la CNT inicia una Huelga desde Valencia que se extiende rápidamente a otras ciudades, dando lugar a distintos enfrentamientos.

Se construye el mercado central y el de Colón, y en 1921 se terminan las obras de la estación de ferrocarril, denominada estación del Norte.

El censo de 1930 arroja una cifra por entonces de 320.195 habitantes.

La época moderna (Siglo XX)

Segunda República Española 

Guerra Civil y Revolución 

El 20 de julio de 1936 durante el conflicto de la guerra civil, se convierte en el centro administrativo del Comité Ejecutivo Popular de Valencia, surgido espontáneamente en el contexto de la Revolución Española de 1936, una forma de gobierno regional integrado por las fuerzas de la coalición de partidos Frente Popular y los sindicatos CNT y UGT. El 23 de julio del mismo año el gobierno de Madrid decreta su desaparición sin conseguirla, siendo finalmente el día 31 del mismo mes, legalizado y regulado por la República. Pese a sus orígenes independientes, el 2 de noviembre aprobará un cambio en su programa de actuaciones, subordinándose al gobierno central, coincidiendo con la inminente llegada de la capitalidad estatal en noviembre de 1936, cuando se convierte en capital de la España republicana, hasta el final de la guerra.

También durante este mes de noviembre una milicia anarquista, la Columna de Hierro decide tomar brevemente Valencia, en protesta por la escasez de aprovisionamientos que le proporciona el Comité Ejecutivo Popular, produciéndose posteriormente enfrentamientos por las calles de la ciudad entre milicias libertarias y grupos comunistas, con un saldo de más de 30 muertos.

El CEP de Valencia se autodisuelve el 8 de enero de 1937.

Antonio Machado llega a Valencia con su familia. El poeta se adhiere en a la Alianza de Escritores Antifascistas y participando en el II Congreso Internacional en Valencia.

El gobierno de la República se traslada desde el 6 de noviembre de 1936 hasta el 30 de octubre de 1937 a la ciudad, estableciendo la residencia del gobierno en la cercana localidad de Náquera. También parte del patrimonio artístico nacional y muchas de las obras del museo del Prado son traídas a Valencia, instalándolas provisionalmente como refugio en las Torres de Serranos y el Real Colegio del Corpus Christi.

La ciudad sufrirá numerosos bombardeos aéreos de la aviación fascista hasta el 30 de marzo de 1939, momento en el que consiguen tomar la ciudad.

Dictadura de Franco

En 1957, la Gran riada de Valencia tuvo graves consecuencias económicas para la ciudad y su huerta y obligó a desviar el cauce del Turia para prevenir futuras inundaciones, lo cual dotó a la urbe de un gran espacio verde central en el antiguo cauce. Posteriormente y ya en la etapa siguiente se constituirá el proyecto actual.

La España Democrática

Fernando Martínez Castellano fue el primer alcalde de Valencia al inicio de la etapa democrática.

En 1979 Ricard Pérez Casado, es investido como alcalde de la ciudad , desarrolla el primer Plan General de Ordenación Urbana, inicia las obras del parque del viejo cauce y construye el Palau de la Música. En los años 80 comenzó la construcción del Metro de Valencia del que hay cuatro líneas y continúa todavía en expansión.

Durante el golpe que tuvo lugar el 23 de febrero de 1981 el capitán general Milans del Bosch toma la ciudad de Valencia con la compañía de carros de combate perteneciente al batallón de infantería Vizcaya 21 con base en Bétera.

Posteriormente la ciudad pasará a ser la capital administrativa de la Comunidad Autónoma Valenciana, constituida formalmente en 1982.

Notas

La VALENCIA MÁGICA (I)
Desde una concepción filosófica de la vida, la magia es algo que impregna constantemente nuestra existencia. Esa actitud llevada a la práctica permite al ser humano ver en cada cosa, en cada lugar, un aspecto mágico que podría pasar desapercibido cuando nos acostumbramos a verlo todo de un modo profano.En este caso, hablar de la Valencia mágica nos llevará a recordar algunas de sus tradiciones, acontecimientos y hechos que llevan, indudablemente, el sello de lo prodigioso, lo mistérico o simplemente lo legendario, pues de todo encontramos en la historia de esta tierra.Valencia vive a orillas de un mar tranquilo y sosegado, sensación que transmite al espíritu del valenciano. Un mar que nos trae en su brisa mensajera un agradable olor a yodo y sal, pero también el olor de la Historia, de la tradición, de la cultura, de antiguas civilizaciones que lo surcaron con sus barcos y que no dudaron en asentarse en tan bellos y fecundos parajes.
Un mar amenazado hoy, como tantas otras cosas, por la ignorancia y la barbarie del hombre de este siglo **; un mar que antaño era orgullo y señal de hermandad entre muy distintos pueblos alejados físicamente por miles de kilómetros; por ello se le llamó el Mare Nostrum, «nuestro mar». Jamás el nombre de un mar fue tan sencillo y a la vez cargado de un sentido tan fraternal.Este mar sirvió, como si de un gigantesco puente de agua se tratase, para unir civilizaciones a lo largo de muchos siglos. Antes de que las potentes naves del Imperio Romano surcaran sus aguas, lo hicieron los griegos, y anteriormente los fenicios, experimentados navegantes.Los primeros pobladores conocidos de estas tierras fueron los iberos, en concreto los llamados edetanos que, indómitos y toscos, independientes y guerreando entre sí, fueron encontrados por los industriosos fenicios que llegaron a nuestras costas hace unos 3500 años, si bien nos resulta difícil determinar las poblaciones a las que dieron origen.Más conocidas y famosas fueron las fundaciones griegas que, mucho tiempo después (800 años aproximadamente), encontramos en nuestro litoral. Una de ellas, enclavada en el cabo geográfico que separa los dos golfos levantinos, fue denominada Artemisión, en honor a la Diosa Artemisa (la Luna, lo femenino), cuyo culto introdujeron en nuestra península. Los romanos, que llamaban a esta Diosa Diana, denominaron a dicho lugar Dianium, y de ahí su actual nombre de Denia, donde todavía podemos ver los antiquísimos restos de esta formidable atalaya.
También fueron solar estas tierras de ciudades llamadas a hacer Historia, tanto dentro como fuera de nuestra península. Cuentan historiadores y poetas que Hércules, al atravesar lo que hoy llamamos España, perdió en ella a su compañero Zacynto, y que en el lugar donde le dio sepultura consagró una ciudad, la cual tomó su nombre; esa ciudad era Sagunto. Pero hubo un Hércules egipcio, uno fenicio y otro griego, ¿cuál de estos pueblos, representado por el famoso semidiós, construyó las murallas de Sagunto? Hoy es opinión general entre los arqueólogos que su primitiva fundación se remonta a tiempos pre-históricos o, por lo menos, a aquellos remo-tísimos y oscuros en los que muchos pueblos co-nocidos levantaban construcciones ciclópeas o pelásgicas, de las que aún quedan restos en Sagunto.Algunos creen que la ciudad toma su nombre de navegantes y mercaderes griegos provenientes de la isla de Zacyntio. Según Tito Livio, gentes del Lacio vinieron a poblar la ciudad. De ser así, las estirpes más ilustres de la Antigüedad infundieron su genio y su cultura en aquella vetusta ciudad que, asentada a orillas del mar, acogía en su seno las naves extranjeras, mirando alegre al sol de levante, como buscando en sus primeros rayos la luz de la civilización que resplandeció en Egipto y Fenicia primero, en Grecia y Roma después.Fue esta última la que levantó el teatro que hoy despierta tantas controversias por su reconstrucción, teatro que nos encandila en las noches mediterráneas con su mágica belleza y nos evoca otros tiempos en los que trataba de enseñar profundas verdades a los hombres.En el inicio de las guerras púnicas, Aníbal cerca la ciudad, y tras una heroica defensa, ésta es destruida. Después del sitio de Troya no hubo otro más nombrado en la Antigüedad que el de Sagunto. Tito Livio cinceló sus hazañas en el bronce de la Historia, inmortalizándolas para que sirvieran de eterno ejemplo de lealtad y constancia.Fue este mismo historiador el que hizo aparecer Valencia en la Historia por primera vez, cuando menciona que corría el año 615 de la fundación de Roma (138 a.C.), y siendo cónsul en Hispania Junio Bruto, éste otorga a los que lucharon «bajo Viriato» las tierras cuyo nombre era Valencia. Esas dos palabras entrecomilladas hicieron correr ríos de tinta en dos direcciones bien distintas: unos pedían un origen lusitano o ibero para nuestra ciudad, otros defendían un origen romano.La Historia parece haber dado la razón a estos últimos, pues los más recientes descubrimientos arqueológicos practicados en la ciudad nos hablan del desenterramiento de las termas más antiguas de nuestra península (cerca de 100 años a.C.). Por los apellidos encontrados en distintas inscripciones sabemos, incluso, que los romanos que fundaron la ciudad provenían mayormente de Nápoles y Pompeya.
S obre el origen del nombre de la ciudad circulan distintas leyendas y versiones. Unos aseguran que Romo, vigésimo rey de Iberia, fundó la ciudad a la que se denominó Roma. Y entonces sucedió algo muy curioso. Cuenta la Historia que cuando los hombres que habían partido de Troya junto con Eneas, huyendo de la matanza y la destrucción, llegan al Monte Palatino, encuentran una ciudad que los latinos llamaban Valentia. Los troyanos traducen este vocablo a su idioma como sinónimo de fuerza y de valor y llaman a la ciudad Roma. Más de seis siglos después, unos romanos llegan a una ciudad a la que algunos llamaban Roma; ellos traducen este vocablo a su lengua y la llamarán Valentia, nuestra Valencia, quedando de este modo tan curioso unidas por su nombre y origen ambas ciudades.
Los romanos levantaron sus centros mágicos en lo que hoy se considera el centro histórico de la ciudad. Los templos a Diana y a Esculapio ocupaban lugares preferentes. Dichos lugares servirán para el posterior asiento de la Mezquita en época musulmana; los cristianos levantarán su Basílica a la Virgen sobre el Templo de Diana, la Diosa Virgen de los romanos, asociada con la Luna y los Misterios Femeninos; sobre el Templo de Esculapio se alzará la Catedral.
Así nació a la Historia Valencia, que tras el derrumbe del mundo romano y de un corto período visigótico, fue poblada por los cultos y laboriosos musulmanes que, en una época de gran esplendor, convirtieron la ciudad en uno de los más bellos jardines de su tiempo. Perfeccionaron los canales de riego y crearon un tribunal de corte oriental que todavía funciona después de más de mil años de existencia: el Tribunal de las Aguas, cuyos juicios son orales y sus sentencias reconocidas como legales, recordándonos esa época de oro donde la palabra de un hombre era suficiente.
Aparte del arroz, que ha hecho tan famosa a Valencia, los pueblos árabes traen sus grandes conocimientos de Medicina, Astrología, Alquimia, Matemáticas y los secretos que conseguían en nuestra cerámica los reflejos metálicos que luego se perdieron, hasta que recientemente parece ser que se ha vuelto a encontrar la fórmula que los producía.
Llamaron Al-Buhera a un gran lago de 14.000 hectáreas de superficie que hoy han quedado reducidas a 400. De ahí el nombre de Albufera que significa, justamente, lago. Y los Jardines de Ruzafa eran uno de los lugares más deliciosos de España.

La leyenda del Murciélago


El murciélago es el animal heráldico de Valencia por antonomasia. Según la leyenda los árabes lo domesticaban y lo empleaban para mantener a raya a los mosquitos de los terrenos pantanosos cercanos a la ciudad de Valencia.

En la época de Jaume I un profeta árabe auguró que mientras el murciélago del dueño de la ciudad pudiera volar todas las noches la ciudad se mantendría en poder musulmán.

Las tiendas de las tropas del rey Jaime I estaban acampadas en el arrabal de Ruzafa, fuera de la muralla de la ciudad de Valencia, a la cual habían sitiado para arrebatársela a los musulmanes.

Fue por entonces cuando un murciélago hizo el nido en la parte alta de la tienda del rey como si quisiera coronarla y augurar la victoria de Jaime I. El rey ordenó que no le asustasen, sino que le complacieran para que estuviese a gusto en el campamento.


Una noche que el ejército cristiano dormía tranquilo y confiado se oyó cerca de la tienda del rey un extraño golpear de tambor. Un soldado le despertó, alertándolo. Enseguida llamó a sus capitanes para que diesen orden a los guardias de extremar la vigilancia. Entonces se dieron cuenta de que los moros estaban cerca del campamento, y dieron la alarma.
Todos los soldados se levantaron rápidamente y tomaron las armas. Se entabló una feroz batalla, en la cual el ejército moro tuvo muchas bajas y se retiró.


Después de la lucha, el rey quiso premiar al que les había avisado con golpes de tambor. Grande fue su sorpresa cuando supo al final que el aviso lo había dado el murciélago. El animalito se había dejado caer con todas sus fuerzas, muchas veces hasta que consiguió despertar al rey. Como premio a su decisiva ayuda, Jaime I hizo poner el murciélago en la parte más alta del escudo real y en el de la ciudad de Valencia.

Otra leyenda explica de diferente forma la relación del rey Jaime I con el murciélago. Un murciélago hizo el nido en el sombrero de hierro del rey Jaime, es decir, en la pieza de la armadura que cubría la cabeza. Al día siguiente cuando Jaime I se levantó y al ir a colocarse el sombrero de hierro, vio dentro al animalito con su cría. El murciélago simboliza la cualidad de la precaución y la vigilancia contra los peligros. Por eso el rey pensó que algún peligro le amenazaba. Se puso en guardia y descubrió que los moros estaban escondidos para sorprender al ejército cristiano, cosa que pudo evitar gracias a la valiosísima ayuda del murciélago.

Estoy cansado de tanto Jaime I


Señores, estoy cansado de tanto Jaime I, estoy cansado de tanta celebración del 9 de Octubre, y estoy bastante asqueado que parezca que Valencia nació en el año 1231, cuando las pequeñas tropas de Jaime I entraron en Valencia, y mas cuando el mérito de dicha conquista no solo fué de Jaime I, sino tambien de nuestros antepasados que le permitieron entrar mediante acuerdos políticos y promesas con los verdaderos valencianos que habitaban éstas tierras de origen árabe, castellanos, valencianos y mozárabe, y quienes ya hablaban en esos momentos el verdadero valenciano o bajo latín.

Señores Camps y compañía, ¿acaso no entienden que con dicha estrategia le están haciendo un flaco favor a nuestra tierra?, ¿acaso no entienden que con dicha estrategia están dando la razón a otros, quienes se están frotando las manos de ver como parte de la Historia de Valencia en la cual se forja nuestra lengua valenciana está siendo obviada?.

Señores Camps y compañía, nunca he visto tanta imcompetencia a la hora de menospreciar la Historia de un pueblo, de una comunidad, de un reino. ¿ Donde carajo figuran los romanos, los verdaderos fundadores de Valentia (actual Valencia) en la historia de nuestras tierras?, ¿Donde carajo figuran los árabes, sus costumbres, sus arraigos, su cultura del tratamiento del agua, la pólvora, etc?. ¿ Como se pueden menospreciar tanta cultura y riquezas?, y lo que es mas grave, ¿como se puede celebrar una conquista año tras año de un puñado de castellanos frente a una cultura que era el esplendor de Europa, y que además, era valenciana?. ¿Acaso se intenta despreciar a los antiguos valencianos habitantes de dichas tierras?.

¿Que lugar en nuestra História merecen los Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos y árabes?

Estoy cansado de tanto Jaime I, y muy apesadumbrado de que se ignore y menosprecie de una manera tan vil a nuestros antepasados, los valencianos.

Jaime I fue uno de los mas grandes personajes que además enriquecieron nuestra tierra y cambiaron el rumbo de ésta, y merece un gran lugar en nuestra memoria y en nuestras bibliotecas, pero ahí debería de acabar el debate.
Todavía hay muchas cosas que no entiendo, continuaremos hablando sobre ellas.

Historia de Valencia


Extraido de Wikipedia. Actualizado 21/02/2008

Época prerromana 

Recientemente se han encontrado restos arqueológicos de los siglos IV y III a.c. Estos restos son las referencias más antiguas de las que tenemos constancia y demuestran que ya antes de la fundación de la ciudad romana, en lo que hoy es la ciudad de Valencia y su huerta, ya existía actividad humana.

Los restos han aparecido en la zona de las calles Ruaya y Sagunto, lugar por donde posteriormente pasaría la Vía Augusta, de la que tenemos referencias, e incluso podemos observarla junto a la catedral de Valencia, en la Almoina.[1]

En las excavaciones se han encontrado restos que corresponden a una construcción hidráulica de planta rectangular, “quizás una balsa”, según la concejal Alcón, que ha aparecido repleta de cerámicas íberas y púnicas. También se ha localizado un pozo que contenía ánforas que podrían proceder de Ibiza, de Cádiz o del norte de África y una moneda cartaginesa de la época Bárquida.

Todo esto vendría a confirmar lo que los yacimientos iberos a lo largo y ancho de la geografía valenciana demuestran, y que no es discutido por ninguna fuente que, en lo que hoy conocemos como Comunidad Valenciana, el grueso de los pobladores eran iberos, así como el paso de los cartagineses, y seguramente comercio entre ambos.

Las últimas investigaciones demuestran que Valencia y su entorno, hoy incluido dentro del entorno urbano, formaban parte de una ruta comercial de cerámica de lujo. [2]

La zona de Valencia fue ocupada por las tribu edetanas (Liria), que se extendió hacia el norte de la peninsula.

[3]

Estos los últimos descubrimientos constatan que en el entorno de la ciudad ya existían asentamientos de estos pueblos.

Época Romana

En 138 adC fundación de la ciudad, como colonia romana, con el nombre de Valentia Edetanorum por la república romana , siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto.

El historiador latino Tito Livio transcribe en una de sus obras el acta fundacional del enclave:

Anno Urbis conditae DCXVI Junius Brutus cónsul in Hispania ist, sub Viriatho militaverunt, agros et loppidum dedit, quod vocatum est Valentia.

Valentia fue fundada por 2000 colonos sobre una de las terrazas del Turia. Es una ciudad clásicamente romana en todas sus concepciones. Es un lugar estratégico cerca el mar, una isla fluvial por donde pasaba la Via Augusta, que comunicaba la actual Andalucia (Bética) y Roma. El núcleo principal estaa en el entorno de la actual Plaza de la Virgen y la catedral. Allí se encontraba el foro y el cruce de las dos calles principales (Cardo N-S y Decumanos E-O), ambos ejes siguen hoy en el trazado de la ciudad y serían las actuales calles c/Salvador-Almoina la primera y c/Caballeros la segunda.

En 75 adC la ciudad es parcialmente destruida durante la guerra entre Pompeyo y Sertorio. Por esta causa la ciudad quedó abandonada durante 50 años al menos.

La ciudad es reconstruida a finales del “reinado” de Augusto, si bien tardaría unos años en empezar un largo periodo de desarrollo caracterizado por el crecimiento urbano, entrada ya la época de “los Flavios”, gracias a la inmigración de nuevos ciudadanos que vinieron a sumarse a los de la época de Augusto (este dato está ampliamente demostrado, Valentini veterani et veteres), y como no, a la construcción de grandes edificios públicos como el foro y el circo .

Las escavaciones de la Almoina han sacado a la luz parte de foro, la curia, el ángulo sudeste de la basílica, un macellum y un ninfeo. En otros lugares se han encontrado casas ricamente ornadas con mosaicos y murales.

Así mismo se realizan importantes infraestructuras como la construcción de un puerto fluvial junto a las actuales Torres de Serranos, el acueducto, distintas obras de distribución de agua, posibles santuarios periurbanos y varias necrópolis que circundaban las vías. En la zona de la calle del mar actual se han encontrado restos del circo, un grandioso edificio de 350 x 70 m.

Imagen de una cornucopia, con la que actualmente se suele identificar a la Valentia Edetanorum romana

Imagen de una cornucopia, con la que actualmente se suele identificar a la Valentia Edetanorum romana

Del mismo modo que en el resto del Imperio, Valentia atraviesa una etapa de crisis, la ciudad es destruida entre el 260 y el 270, y reconstruida rápidamente pero con un perimetro inferior, se avandonan algunas de sus infraestructuras. [4] [5]

Durante este siglo la ciudad mantuvo su categoria, mientras veía como otras urbes próximas Edeta y Saguntum (Liria y Sagunto), entraba en una profunda decadencia.

Se conforma en la ciudad la primera comunidad cristiana de la que se tiene constancia en torno a la memoria de San Vicente que es martirizado en la ciudad en el año 304.

El poeta latino Rufo Festo Avieno escribe su obra “Oda maritima”, en la que cita una supuesta ciudad íbera pre-romana en la desembocadura del Turia llamada Tyris, lo que dará lugar a que popularmente se identifique al río como a la antigua urbe.

“…Y no lejos de la separación de este río, el río Tirio rodea la ciudadela de Tiris…”

Ora Maritima de Avieno

Las invasiones germánicas y el reino visigodo

La iglesia asume las riendas de la ciudad transformando los templos romanos en edificios de culto cristianos aprovechando el vacío de poder dejado por el imperio y coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos, principalmente suevos, vándalos y alanos. Posteriormente, visigodos.

Se especula con la posibilidad de que en la ciudad se celebrara en 546 un congreso religioso, dato inseguro como el de que el rey Leovigildo desterrara en la ciudad a su hijo, el príncipe Hermenegildo. Valentia experimenta cierta recuperación debida a la instalación en ella de militares visigodos durante la invasión bizantina del sudeste peninsular (Provincia de Spania) en el año 554. Se fortifica el antiguo circo romano.

Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una nueva etapa de depresión en la ciudad de la que apenas existe documentación.

Época musulmana

Véase también: Historia de Al-Andalus

En el 711, se inicia la llegada de mulsumanes, repoblando esta ciudad, no existe una verdadera conquista bélica, ya que los nuevos pobladores se integran con los escasos habitantes de la ciudad, creándose un cierto aire de ciudad-estado con independencia.

Afirmando esta hipótesis, se produce un alzamiento en los años 778-779 contra Abd Al Ramán I, al intentar imponer su mandato a la fuerza, por lo que arrasa la ciudad.

Se restablece el poder a través de de su hijo Abd al-Allah arababizando el nombre de la ciudad como Balansiya y ejercitando un gobierno autónomo sobre el área de Valencia.

Construye un palacete ajardinado en las afueras de la ciudad, denominándolo la Russafa, jardines de la antigua Persia, siendo el origen del actual barrio del mismo nombre, .

Se cambia la lengua, las religión y las costumbres de los musulmanes adoptando el Islam. Se instala un perímetro de huerta en el actual barrio del Carmen y se transforma la antigua área episcopal visigoda para convertirla en un zoco vinvulado a la residencia del gobernador.

Tras la llegada musulmana en el 711, aportaron su lengua, religión y costumbres. Conviviendo con la de los habitantes originarios.

Con la llegada de los amiríes (descendientes de Almanzor) se crea el Reino Taifa de Balansiya.

Época de máximo esplendor de la ciudad, creándose sistemas de riego, cultivos y aumentando el comercio con la España cristiana.

En el 1011 Mubarak y Muzaffar iniciaron reformas y mejoras urbanísticas de la ciudad, este hecho contribuyó al aumento de la presión fiscal, lo que posteriormente provocó una revuelta popular, acabando así su mandato.

En el año 1021, fue nombrado Abd al-Aziz ben Abí Amir (nieto de Almanzor) y tenía 15 años. Durante los 40 años de su gobierno se vivió una de las épocas más tranquilas y prósperas. Creando grandes obras de ingeniería, así como creando la fortificación de la ciudad.

Entre 1087 y 1089 gobernada por el rey al-Qadir, es atacada por al-Mundir y el conde de Barcelona Ramón Berenguer II.

En julio de 1093 tras la muerte del rey taifa, El Cid establecido ya en Valencia como lugar de destierro, pone sitio a Valencia. asumiendo el mandato del reino. Rodrigo se alía con Pedro I de Aragón y con Ramón Berenguer III de Barcelona con el propósito de frenar conjuntamente el empuje almorávide.

El Cid murió en Valencia el 10 de julio de 1099. Doña Jimena consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III de Barcelona.

En el año 1101, en el que el rey Alfonso VI de Castilla ordenó la evacuación de la ciudad y Valencia cayó en poder de los almorávides. Zayd Abu Zayd, llamado también Abú Zayd último gobernador almohade de Valencia. Gozando de total autonomía respecto al imperio almohade llegó a titularse Rey de Valencia.

En esta época data una copia del Corán, siendo esta copia hermana de otras seis en donde se detecta un estilo propio valenciano, no obstante la mayoría de la escritura fue posteriormente destruida por la inquisición. Esta copia nos demuestra que existía en la ciudad una escuela de traductores y copistas.

Zayán Ibn Mardanix también conocido como “Zahén” o Çaèn, fue el último rey musulmán de Valencia tras haber desalojado del cargo de gobernador al almohade Zayd Abu Zayd en 1229. llegando a un acuerdo de vasallaje con el rey Jaime I de Aragón, lo cual le facilitó la conquista del reino de Valencia.

La Reconquista

Unos de los primeros escudos para la ciudad de Valencia tras la conquista cristiana, una ciudad amurallada sobre las aguas del r�o.

Uno de los primeros escudos para la ciudad de Valencia tras la conquista cristiana, una ciudad amurallada sobre las aguas del río.

Conquista de Valencia por Jaime I de Aragón en 1238. Se crea una nueva ley para el Reino, los fueros, els Furs que años después se hicieron extensivos al resto del Reino de Valencia y se realiza el repartimiento de las tierras como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment.

1348 La peste negra y sucesivas epidemias diezman la población de la ciudad mientras estalla una revuelta ciudadana contra los excesos del rey, la guerra de la Unión.

En 1363 y 1364 la ciudad repele por dos veces el asalto de las tropas castellanas. Como premio, el Rey Pedro el Ceremonioso concede a la ciudad el título de “dos veces leal” que queda representado por las dos L que ostenta el escudo de la ciudad.

Si bien la convivencia entre cristianos, judíos y musulmanes que compartían la ciudad había sido conflictiva durante toda la edad media, no fue hasta 1391 cuando los cristianos asaltan el barrio judío, instalado en la actual calle del Mar, haciéndolos convertirse al cristianismo, aunque seguían practicando su religión en secreto y hasta 1456 cuando asaltan la morería, instalada junto al actual mercado de Mosen Sorell.

Tras la muerte sin descendientes de Martín el Humano se produce un conflicto dinástico entre las familias Centelles y Vilaragut que desemboca en el Compromiso de Caspe y la entronización de la familia Trastamara por la Corona de Aragón.

El renacimiento valenciano

Este es el siglo de mayor expansión y crecimiento de la cultura valenciana, también se le denomina El Siglo de Oro Valenciano. Viene acompañado de un crecimiento demográfico que situaría a Valencia como la ciudad más poblada de la Corona de Aragón, con 75.000 habitantes a final de siglo, y tercera de España, tras Sevilla y Granada.

Se reactiva el comercio urbano a través de la creación de la Taula de canvis, una banca municipal de apoyo de las operaciones comerciales. Se erige la Lonja de la Seda y de los Mercaderes que se convierte en uno de los mercados más importantes del Mediterráneo al que acuden mercaderes de toda Europa principalmente por la venta de tejidos de seda.

El rey Alfonso el Magnánimo viaja a Valencia para casarse allí con María de Castilla (14011458) a la que nombrará gobernadora de la ciudad, hija de Enrique III de Castilla y hermana de Juan II de Castilla. El matrimonio se celebró en la catedral de Valencia el 12 de junio de 1415.

Se construyen algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como las Torres de Serranos, La Lonja 1482, el Micalet (campanario de la Catedral de Valencia).

En pintura y escultura aparecen artistas como Damian Forment, Lluís Dalmau o Gronçal Peris. En literatura florece la producción escrita de la mano de los autores Joanot Martorell, Ausias March, Joan Roís de Corella o Isabel de Villena.

El mantenimiento de la política mediterránea y el apoyo económico prestado por los banqueros valencianos a la corona, en el descubrimiento de América, crea un problema de descapitalización y una tendencia en las clases acomodadas a vivir de rentas, dando como consecuencia un aumento de precios y un decaimiento del comercio, lo que degenera, aunque sin éxito, en una sublevación de los gremios (Germanías).

En 1502 se funda la Universidad de Valencia bajo el nombre de Estudi General.

Embarco moriscos en el Grau de Valencia

Embarco moriscos en el Grau de Valencia

En 1609 se promulgó el decreto de expulsión, la expulsión de los moriscos y judíos, y el cada vez más preponderante poder de la nobleza, provoca la ruina del país y la bancarrota de la Taula de Canvis en 1613.

Durante la llamada Sublevación de Cataluña (1640-1652), Valencia colabora a petición de Felipe IV en su causa con milicias y dinero, lo que provocará un período de escasez económica local, sumándose a esto también al temporal alojamiento en la ciudad de tropas de otras zonas.

Perdida de los fueros y nueva organización territorial

Véase también:La Ilustración en España

Guerra de Sucesión

La Guerra de la Sucesión marca como en toda España el siglo XVII.

Durante la Guerra de Sucesión española Valencia fue ocupada por el bando austracista del Archiduque Carlos de Austriaprimeramente, y luego definitivamente por los ejercitos borbónicos.

pinceladas austracistas

Los austracistas retuvieron la ciudad durante 16 meses y derrotaron varios intentos de echarlos. Después de la victoria borbónica en la batalla de Almansa, 25 de abril 1707, el ejército inglés abandonó la comarca y la ciudad de Valencia y dejándola a su suerte.Joan Batista Basset fue el líder del ejercito austracista, él consiguió incitar al pueblo para que les apoyaran ofreciendo quitas de impuestos y distintas ventajas, todo ello, luego, fue ignorado por el Austria y Basset terminó en la cárcel.

El mito de la participación en la guerra

Por otro lado y, pese al mito difundido por algunas fuentes, el Reino de Valencia y en nuestro caso la ciudad, no entró en guerra por ninguno de los contendientes. Así vemos valencianos integrados en ambos bandos, pero el grueso del ejercito, las milicias y los gremios, no fueron llamados a filas, prueba de ello es el abundante material encontrado en la Cuidadela de Valencia, al entrar las tropas del rey Felipe V.

Pruebas de ello las encontramos en textos de la época, donde se da cuenta de la expulsión de maleantes llegados del frente en los días posteriores a la batalla, por parte de los gremios, la base de los ejercitos valencianos.

El religioso Jose Manuel Miñana en “De bello rustico valentino”, nos cuenta lo sucedido: “los ladrones catalanes y los soldados del ejercito disperso se habian refugiado en la ciudad (de Valencia), mezclados con la multitud, excitaban a los plebeyos en la sangre y el saqueo (… ) los gremios, para evitar el tumulto, ponen en seguida en ellas guardias, armados, de confianza en todas las calles, y reuniendo sin demora aquella hez de catalanes, que eran los que ixcitaban al pueblo, los arrojaron de la ciudad, cerraron las puertas y pusieron guardias; libre la ciudad de esa podredumbre…” ( Voltes Bou, P.: La Guerra de Sucesion en Valencia , p 71 . ).

O le parte de armas encontrado en la Ciudadela de Valencia

“Cuando en 1707 se posesionó de la Ciudadela Felipe V, se hallaron 26 cañones de bronce, con picas, arcabuces y mosquetes suficientes para armas a diez mil hombres, mandando el rey que en la parte recayente a la ciudad, tal como reproduce el grabado de Tomás López Enguídanos, de 1809, se construyese un bastión que hacía esquina al huerto de Predicadores con su foso y torreón y una gran flor de lis por remate para su conveniente defensa y seguridad, destinándolo para ciudadela.”

Pinceladas borbonicas

Se puede ver también el caso de destacados borbónicos con cargos en el Reino y ciudad, como el “Jurat en Cap” y el secretario, dieron con sus huesos en la prisión de Pamplona por defender los intereses y derechos de los valencianos. Y por último destacar que los “Maulets”, salieron en dirección a Barcelona dejando la ciudad a sus suerte en lugar de dar batalla desde una posisicón cómoda y bien guarnecida como era la capital del Reino.

Los saqueos se costataron en ambos bandos

Tras la victoria de las tropas de Felipe V, como castigo tomaron represalias contra la población, saqueando ciudades y poblaciones del Reino de Valencia, eliminando todos sus privilegios o fueros. Exactamente igual que antes habían hecho los austracistas en otras poblaciones como Morella,Sagunto,Finestrat,Segorbe, etc., que no les apoyaron, si bien Valencia, donde el ejercito austracista encontró las puertas abiertas y entró sin oposición, no sufrió como otros pueblos.

Capital de un Reino sin fueros

Destacar que el Reino de Valencia siguió plenamente vigente durante el XVIII, como institución y la ciudad su capital. Los decretos de nueva planta supusieron la perdida de privilegios y leyes, al igual que el Reino de Aragón, si bien Aragón los recuperaró en parte más adelante.

“Considerando haber perdido los Reinos de Aragón y Valencia, y todos sus habitadores, por la rebelión que cometieron, faltando enteramente al juramento de fidelidad que me hicieron como su lejitimo rey y Señor, todos los fueros, privilegios, exempciones y libertades que gozaban”. Pero el decret continua dient: “He juzgado por combeniente así por esto, como por mi deseo de reducir todos mis Reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernandose igualmente todos por las mismas leyes de Castilla

Como se puede apreciar, se perdieron fueros y privilegios, no se eliminó el Reino.

Guerra de la Independencia española

Valencia fue una de las últimas ciudades de España que controló el ejercito francés, después del levantamiento popular de mayo, en Valencia cuando llegaron las noticias de lo sucedido en Madrid, la indignación popular fue en aumento y la chipa que desató la insurreción fue la famosa declaración de Vicent DomenechEl Palleter” declarando la guerra a Napoleón

En la Guerra de la Independencia española contra el ejército de Napoleón, más conocida como la guerra del francés. Los franceses atacaron la plaza de Valencia el 28 de junio de 1808. El Teniente Rafael Maroto, defendió la ciudad con las baterías de santa Catalina y de Torres de Cuarte que tenía a su cargo, destacar la acción del pueblo valenciano que liderado por una personaje anónimo apodado “el torero” y con un cañón de grueso calibre, fue capaz de rechazar al ejercito francés disparnado desde la puerta de Cuarte . Obligó a retirarse al enemigo en una hazaña bélica, por lo que fue reconocido posteriormente como benemérito a la patria y se le concedió un escudo de honor. La ciudad sin embargo terminará por caer en manos francesas tras un largo asedio, en 1812, situación que se prolongará hasta el final de la guerra en 1814.

La Restauración

En los años siguientes y como consecuencia de la legislación sostenida por la Constitución española de 1812, que ordenaba la formación de ayuntamientos en todas aquellas poblaciones que rebasaran el mínimo de vecinos estipulado por la ley, numerosas pedanías próximas al núcleo urbano de la ciudad de Valencia en situación legal confusa se constituyen en municipios (Ruzafa, el Grao, etc).

Entre 1850 y 1851 es alcalde de la ciudad Vicente Rodríguez de la Encina y Falcó de Belaochaga, director de la Casa de Beneficencia municipal, promotor del Banco de Valencia y director de la Sociedad Valenciana de Aguas Potables (fundada en 1846). En 1850 se termina la instalación de la red de agua potable.

Durante el reinado de Isabel II se instituye el Ducado de Valencia, asociado a un título nobiliario y sin mucha repercusión administrativa.

En 1860 el municipio cuenta con 140.416 habitantes. A partir de 1866 se derriban gran parte de las antiguas murallas árabes de la ciudad a fin de facilitar la expansión urbana de la misma.

Escudo del Cantón federal de Valencia, 1873

Escudo del Cantón federal de Valencia, 1873

Durante la Revolución Cantonal de 1873, se articula en el Cantón Federal de Valencia (proclamado el 19 de julio y disuelto el 7 de agosto), al que se adhieren la mayoría de los municipios de las comarcas próximas.

El Ateneo Mercantil nace en el año 1879 para atender las necesidades culturales y de formación de los empleados del comercio.

En 1877 la ciudad alcanza la cifra de 145.782 habitantes. En 1882 empieza la distribución de luz eléctrica en algunas zonas de la ciudad, que posteriormente se irá generalizando. En 1887 el municipio llega a los 192.437 habitantes.

Entre 1870 y 1900 el municipio de Valencia empieza a anexionarse numerosos municipios inmediatos de su entorno, los más importantes serán el Ayuntamiento de Poble Nou de la Mar en 1897 (actuales Barrios Marítimos) y los municipios de Patraix, Orriols, Benicalap, Ruzafa, Benimaclet, Campanar, a los que se sumarán otros 15 núcleos urbanos de menor entidad. Como resultado de este gran crecimiento territorial y urbano y de la política de absorción de los municipios más cercanos, el municipio de Valencia llega a duplicar su población a final de siglo.

El Banco de Valencia se crea en 1900.

Durante este siglo se triplicó la población de la ciudad, pasando de 213.550 en 1901 a 233.348 en 1910, 320.195 en 1930 y llegando a 739.014 en 2000 y se convertiría en el centro de un área metropolitana de más de 1,5 millones, tercer área demográfica, industrial y económica de España.

El 20 de julio de 1917 el sector de lo ferroviarios de la CNT inicia una Huelga desde Valencia que se extiende rápidamente a otras ciudades, dando lugar a distintos enfrentamientos.

Se construye el mercado central y el de Colón, y en 1921 se terminan las obras de la estación de ferrocarril, denominada estación del Norte.

El censo de 1930 arroja una cifra por entonces de 320.195 habitantes.

La época moderna (Siglo XX)

Segunda República Española 

Guerra Civil y Revolución 

El 20 de julio de 1936 durante el conflicto de la guerra civil, se convierte en el centro administrativo del Comité Ejecutivo Popular de Valencia, surgido espontáneamente en el contexto de la Revolución Española de 1936, una forma de gobierno regional integrado por las fuerzas de la coalición de partidos Frente Popular y los sindicatos CNT y UGT. El 23 de julio del mismo año el gobierno de Madrid decreta su desaparición sin conseguirla, siendo finalmente el día 31 del mismo mes, legalizado y regulado por la República. Pese a sus orígenes independientes, el 2 de noviembre aprobará un cambio en su programa de actuaciones, subordinándose al gobierno central, coincidiendo con la inminente llegada de la capitalidad estatal en noviembre de 1936, cuando se convierte en capital de la España republicana, hasta el final de la guerra.

También durante este mes de noviembre una milicia anarquista, la Columna de Hierro decide tomar brevemente Valencia, en protesta por la escasez de aprovisionamientos que le proporciona el Comité Ejecutivo Popular, produciéndose posteriormente enfrentamientos por las calles de la ciudad entre milicias libertarias y grupos comunistas, con un saldo de más de 30 muertos.

El CEP de Valencia se autodisuelve el 8 de enero de 1937.

Antonio Machado llega a Valencia con su familia. El poeta se adhiere en a la Alianza de Escritores Antifascistas y participando en el II Congreso Internacional en Valencia.

El gobierno de la República se traslada desde el 6 de noviembre de 1936 hasta el 30 de octubre de 1937 a la ciudad, estableciendo la residencia del gobierno en la cercana localidad de Náquera. También parte del patrimonio artístico nacional y muchas de las obras del museo del Prado son traídas a Valencia, instalándolas provisionalmente como refugio en las Torres de Serranos y el Real Colegio del Corpus Christi.

La ciudad sufrirá numerosos bombardeos aéreos de la aviación fascista hasta el 30 de marzo de 1939, momento en el que consiguen tomar la ciudad.

Dictadura de Franco

En 1957, la Gran riada de Valencia tuvo graves consecuencias económicas para la ciudad y su huerta y obligó a desviar el cauce del Turia para prevenir futuras inundaciones, lo cual dotó a la urbe de un gran espacio verde central en el antiguo cauce. Posteriormente y ya en la etapa siguiente se constituirá el proyecto actual.

La España Democrática

Fernando Martínez Castellano fue el primer alcalde de Valencia al inicio de la etapa democrática.

En 1979 Ricard Pérez Casado, es investido como alcalde de la ciudad , desarrolla el primer Plan General de Ordenación Urbana, inicia las obras del parque del viejo cauce y construye el Palau de la Música. En los años 80 comenzó la construcción del Metro de Valencia del que hay cuatro líneas y continúa todavía en expansión.

Durante el golpe que tuvo lugar el 23 de febrero de 1981 el capitán general Milans del Bosch toma la ciudad de Valencia con la compañía de carros de combate perteneciente al batallón de infantería Vizcaya 21 con base en Bétera.

Posteriormente la ciudad pasará a ser la capital administrativa de la Comunidad Autónoma Valenciana, constituida formalmente en 1982.

Notas

La VALENCIA MÁGICA (I)
Desde una concepción filosófica de la vida, la magia es algo que impregna constantemente nuestra existencia. Esa actitud llevada a la práctica permite al ser humano ver en cada cosa, en cada lugar, un aspecto mágico que podría pasar desapercibido cuando nos acostumbramos a verlo todo de un modo profano.En este caso, hablar de la Valencia mágica nos llevará a recordar algunas de sus tradiciones, acontecimientos y hechos que llevan, indudablemente, el sello de lo prodigioso, lo mistérico o simplemente lo legendario, pues de todo encontramos en la historia de esta tierra.Valencia vive a orillas de un mar tranquilo y sosegado, sensación que transmite al espíritu del valenciano. Un mar que nos trae en su brisa mensajera un agradable olor a yodo y sal, pero también el olor de la Historia, de la tradición, de la cultura, de antiguas civilizaciones que lo surcaron con sus barcos y que no dudaron en asentarse en tan bellos y fecundos parajes.
Un mar amenazado hoy, como tantas otras cosas, por la ignorancia y la barbarie del hombre de este siglo **; un mar que antaño era orgullo y señal de hermandad entre muy distintos pueblos alejados físicamente por miles de kilómetros; por ello se le llamó el Mare Nostrum, «nuestro mar». Jamás el nombre de un mar fue tan sencillo y a la vez cargado de un sentido tan fraternal.Este mar sirvió, como si de un gigantesco puente de agua se tratase, para unir civilizaciones a lo largo de muchos siglos. Antes de que las potentes naves del Imperio Romano surcaran sus aguas, lo hicieron los griegos, y anteriormente los fenicios, experimentados navegantes.Los primeros pobladores conocidos de estas tierras fueron los iberos, en concreto los llamados edetanos que, indómitos y toscos, independientes y guerreando entre sí, fueron encontrados por los industriosos fenicios que llegaron a nuestras costas hace unos 3500 años, si bien nos resulta difícil determinar las poblaciones a las que dieron origen.Más conocidas y famosas fueron las fundaciones griegas que, mucho tiempo después (800 años aproximadamente), encontramos en nuestro litoral. Una de ellas, enclavada en el cabo geográfico que separa los dos golfos levantinos, fue denominada Artemisión, en honor a la Diosa Artemisa (la Luna, lo femenino), cuyo culto introdujeron en nuestra península. Los romanos, que llamaban a esta Diosa Diana, denominaron a dicho lugar Dianium, y de ahí su actual nombre de Denia, donde todavía podemos ver los antiquísimos restos de esta formidable atalaya.
También fueron solar estas tierras de ciudades llamadas a hacer Historia, tanto dentro como fuera de nuestra península. Cuentan historiadores y poetas que Hércules, al atravesar lo que hoy llamamos España, perdió en ella a su compañero Zacynto, y que en el lugar donde le dio sepultura consagró una ciudad, la cual tomó su nombre; esa ciudad era Sagunto. Pero hubo un Hércules egipcio, uno fenicio y otro griego, ¿cuál de estos pueblos, representado por el famoso semidiós, construyó las murallas de Sagunto? Hoy es opinión general entre los arqueólogos que su primitiva fundación se remonta a tiempos pre-históricos o, por lo menos, a aquellos remo-tísimos y oscuros en los que muchos pueblos co-nocidos levantaban construcciones ciclópeas o pelásgicas, de las que aún quedan restos en Sagunto.Algunos creen que la ciudad toma su nombre de navegantes y mercaderes griegos provenientes de la isla de Zacyntio. Según Tito Livio, gentes del Lacio vinieron a poblar la ciudad. De ser así, las estirpes más ilustres de la Antigüedad infundieron su genio y su cultura en aquella vetusta ciudad que, asentada a orillas del mar, acogía en su seno las naves extranjeras, mirando alegre al sol de levante, como buscando en sus primeros rayos la luz de la civilización que resplandeció en Egipto y Fenicia primero, en Grecia y Roma después.Fue esta última la que levantó el teatro que hoy despierta tantas controversias por su reconstrucción, teatro que nos encandila en las noches mediterráneas con su mágica belleza y nos evoca otros tiempos en los que trataba de enseñar profundas verdades a los hombres.En el inicio de las guerras púnicas, Aníbal cerca la ciudad, y tras una heroica defensa, ésta es destruida. Después del sitio de Troya no hubo otro más nombrado en la Antigüedad que el de Sagunto. Tito Livio cinceló sus hazañas en el bronce de la Historia, inmortalizándolas para que sirvieran de eterno ejemplo de lealtad y constancia.Fue este mismo historiador el que hizo aparecer Valencia en la Historia por primera vez, cuando menciona que corría el año 615 de la fundación de Roma (138 a.C.), y siendo cónsul en Hispania Junio Bruto, éste otorga a los que lucharon «bajo Viriato» las tierras cuyo nombre era Valencia. Esas dos palabras entrecomilladas hicieron correr ríos de tinta en dos direcciones bien distintas: unos pedían un origen lusitano o ibero para nuestra ciudad, otros defendían un origen romano.La Historia parece haber dado la razón a estos últimos, pues los más recientes descubrimientos arqueológicos practicados en la ciudad nos hablan del desenterramiento de las termas más antiguas de nuestra península (cerca de 100 años a.C.). Por los apellidos encontrados en distintas inscripciones sabemos, incluso, que los romanos que fundaron la ciudad provenían mayormente de Nápoles y Pompeya.
S obre el origen del nombre de la ciudad circulan distintas leyendas y versiones. Unos aseguran que Romo, vigésimo rey de Iberia, fundó la ciudad a la que se denominó Roma. Y entonces sucedió algo muy curioso. Cuenta la Historia que cuando los hombres que habían partido de Troya junto con Eneas, huyendo de la matanza y la destrucción, llegan al Monte Palatino, encuentran una ciudad que los latinos llamaban Valentia. Los troyanos traducen este vocablo a su idioma como sinónimo de fuerza y de valor y llaman a la ciudad Roma. Más de seis siglos después, unos romanos llegan a una ciudad a la que algunos llamaban Roma; ellos traducen este vocablo a su lengua y la llamarán Valentia, nuestra Valencia, quedando de este modo tan curioso unidas por su nombre y origen ambas ciudades.
Los romanos levantaron sus centros mágicos en lo que hoy se considera el centro histórico de la ciudad. Los templos a Diana y a Esculapio ocupaban lugares preferentes. Dichos lugares servirán para el posterior asiento de la Mezquita en época musulmana; los cristianos levantarán su Basílica a la Virgen sobre el Templo de Diana, la Diosa Virgen de los romanos, asociada con la Luna y los Misterios Femeninos; sobre el Templo de Esculapio se alzará la Catedral.
Así nació a la Historia Valencia, que tras el derrumbe del mundo romano y de un corto período visigótico, fue poblada por los cultos y laboriosos musulmanes que, en una época de gran esplendor, convirtieron la ciudad en uno de los más bellos jardines de su tiempo. Perfeccionaron los canales de riego y crearon un tribunal de corte oriental que todavía funciona después de más de mil años de existencia: el Tribunal de las Aguas, cuyos juicios son orales y sus sentencias reconocidas como legales, recordándonos esa época de oro donde la palabra de un hombre era suficiente.
Aparte del arroz, que ha hecho tan famosa a Valencia, los pueblos árabes traen sus grandes conocimientos de Medicina, Astrología, Alquimia, Matemáticas y los secretos que conseguían en nuestra cerámica los reflejos metálicos que luego se perdieron, hasta que recientemente parece ser que se ha vuelto a encontrar la fórmula que los producía.
Llamaron Al-Buhera a un gran lago de 14.000 hectáreas de superficie que hoy han quedado reducidas a 400. De ahí el nombre de Albufera que significa, justamente, lago. Y los Jardines de Ruzafa eran uno de los lugares más deliciosos de España.